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Detenido en Valencia un conocido delincuente francés buscado por la Interpol

La policía judicial de Valencia ha detenido a varios súbditos franceses relacionados con numerosos atracos, entre los que se encuentra François Besse, antiguo colaborador de Jacques Mesrine, uno de los más famosos delincuentes franceses, conocido como "el enemigo público número 1" que fue muerto a tiros en París en noviembre de 1979.

François Besse, buscado por la Interpol por numerosos delitos, es especialista en evasiones, la más espectacular de las cuales fue su fuga de la prisión francesa de La Santé el 8 de mayo de 1978, en compañía del fallecido Mesrine. Detenido nuevamente en marzo de 1979 en los alrededores de Bruselas, Besse se evadió del palacio de Justicia de esta ciudad el 26 de julio de 1980, llevándose a un juez como rehén poco antes de que se procediera a su extradición a Francia.

El delincuente francés fue identificado por la policía española gracias a sus huellas digitales y a los tatuajes que lleva en el cuerpo. Dos policías franceses de la Oficina Central de Represión del Bandidaje (OCRB) llegaron ayer a Valencia para participar en el interrogatorio del ex cómplice de Mesrine, cuya extradición fue concedida por el Gobierno español antes de que se produjera su detención en Valencia.

Mesrine, el "as de la evasión"

El que en su día fue llamado el as de la evasión y el enemigo público número uno de la policía francesa, Jacques Mesrine, que apareció y desapareció docenas de veces entre la estupefacción general, murió acribillado el 2 de noviembre de 1979. La noticia, que interrumpió la programación de la radio francesa, cortó la respiración a muchos millones de oyentes. Esta bandido moralista, que tenía 42 años en el momento de su muerte, había vuelto a vivir, junto con su compañera Sylvie, al barrio de su infancia, próximo a la puerta de Clingancourt. La policía rodeó su coche y disparó. En su cuerpo se hallaron dieciocho impactos de bala; su compañera quedó gravemente herida.Jacques Mesrine había realizado su primer secuestro veintidós años antes, en Canadá, en la persona de un industrial que obtuvo la libertad a cambio de doce millones de pesetas. Antes de su estreno en Canadá, ya tenía un amplio historial de robos y tenencia de armas. En 1972, se evade de la cárcel de Quebec, donde cumplía condena de diez años desde un año antes.

En 1973, poco después de su regreso a Francia, la policía le detiene de nuevo después de una serie de atracos; tras una huida rocambolesca fue nuevamente detenido y esta vez apareció, al publicar su libro El instinto de la muerte, que Jacques Mesrine piensa dedicarse a la literatura para llenar los veinte años de cárcel que le esperan. Sin embargo, en 1977, contra todo pronóstico, se vuelve a fugar y comete otra serie de delitos, entre ellos nuevos secuestros, robos y consciente de la alerta general contra Mesrine, concede entrevistas a periódicos y revistas; también maltrata a un periodista de Minute, semanario de extrema derecha, quién había escrito algunos artículos poco agradables para él; después de todas sus apariciones, Mesrine se esfuma.

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Uno de sus antiguos cómplices, François Besse, se había convertido en el número uno después de la muerte de Mesrine. Mucho más reservado que él, Besse no era partidario del tono político que Mesrine daba a sus atentados. Era también un as de la evasión y sus apariciones revestían el mismo aire cinematográfico. Sin embargo, en 1978 rompe con él por sus discrepancias con el fondo y la forma de actuar y vuelve a sus alianzas de sus primeros tiempos de gangsterismo. Desde entonces, se encontraba en paradero desconocido.

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