Huelga de transportes públicos en Portugal
Portugal se enfrenta hoy, si no a la mayor, al menos a la más espectacular de las huelgas de su historia reciente. El paro decretado simultáneamente en las principales empresas públicas de transportes terrestres por sindicatos pertenecientes a las dos centrales sindicales -CGT y UGT- dejará a Lisboa y a los grandes centros urbanos sin Metro, sin autobuses, sin tranvías y con trenes en número reducido.
A pesar de las reivindicaciones salariales que están en la base de los conflictos laborales y que coinciden con fuertes aumentos recientes de una serie de productos de primera necesidad, el Gobierno luso se esfuerza en convencer la opinión pública del carácter político de la agitación laboral. El ministro de Trabajo, acusando a los huelguistas de obedecer a la estrategia del partido comunista de intentar impedir la revisión constitucional, consiguió, como primer resultado visible, una nítida radicalización de las posiciones de la UGT.El Ejecutivo ha movilizado grandes medios (publicidad en los diarios, alquiler de medios de transportes privados) para impedir la efectiva paralización de la capital, contrariando así a aquellos que desde la derecha. le aconsejaban "paciencia e indiferencia"; de ahí que las consecuencias del paro de hoy puedan ir mucho más lejos que un simple conflicto laboral.
El Gobierno de Pinto Balsemâo ha empeñado gran parte de su autoridad y de su prestigio en hacer fracasar el paro. Si no logra una victoria incontestada, podrá correr el riesgo de dar un nuevo aliento a la agitación laboral. Los sindicalistas socialistas de la UGT han iniciado su campaña a favor de una huelga general para el día en que el Parlamento portugués inicie el debate sobre el proyecto gubernamental de revisión de la legislación laboral.
