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El espectáculo del remate a puerta renació en San Mamés

El primer tiempo del partido jugado el domingo en San Marnés quedó para el recuerdo. El Athlétic hizo renacer el espectáculo del remate a puerta desde lejos, efectuado con prontitud por hombres que llegaban a la carrera desde atrás. En ocho ocasiones Aguínaga se jugó el físico al lanzarse a la base de los postes para desviar, esos dis paros precisos que buscaban la go leada. El meta atlético demostró, otra vez, ser el mejor fichaje del equipo. García Traid, dispuso su estrategia defensiva habituál cuando juega, el Atlético fuera del Manzanares, aunque para ello hibiera debutar a Clemente, del Atlético Madrileño. El lateral anuIó con dignidad a Dani y en las ocásiones que se estiró por la banda lo hizo con soltura. De esta manera logra ba mantener a Quique y Julio Al berto en la media para las labores de contención. Pero en esta ocasión la táctica no resultó positiva. Marcos y Hugo Sánchez le fallaron estrepitosamente; el extremo se escondió en la banda y el mexicano no tiró a puerta ni una sola vez durante el tiempo que estuvo en el campo; comenzó bien, con movilidad y desmarque, pero acabó aburrido por el marcaje de Liceranzu.

El Atlético nunca pudo con su homónimo bilbaíno. Dispuso férreos marcajes en defensa, que cumplieron y a Ruiz sobre Rojo. Pero el Athlétic no se movió únicamente bajo la batuta de Chechu, ni culminó las acciones con las habilidades del trío Dani-Sarabia-Argote. Frente a los madrileños el juego nació desde atrás y fueron casi siempre los hombres libres los que ofrecieron espectáculo en San Mamés. Tras un primer aviso de Goicoechea y en el espacio de tiempo que va del minuto nueve al 138, el propio Goicoechea, por tres veces; Sola, por dos, De Andrés, Sarabia, Argote y Rojo ofrecieron un recital, que será inolvidable para Aguinaga y rememorado pára siempre para la afición de La Catedral por la profusión, potencia y colocación de los disparos impresionante el de Rojo, en el que Aguinaga hizo que el balón perdiera su gravedad sobre la misma línea de gol-.

La afortunadísima actuación del portero rojiblanco permitió que su equipo afrontara el segundo tiempo aún con esperanzas de puntuar. Estiró sus lineas y como el Athlétic decidió entonces que el esfuerzo lo hiciera el rival, García

Traid sacó a Leal por Juanjo, más ofensivo que Julio Alberto -éste pasó al marcaje de Dani y Clemen te al de Argote-. Pero el Leal de ahora dista mucho del que llegó a ser internacional; jugó veinticuatro balones y catorce los perdió. Demasiada ventaja para, el Athletic, que más que cierrarse en defensa lo que hizo fue plantarse en el centro del campo y aprovechar la fuerza de Tirapu, que saltó al campo tras calentar cuarenta minutos, casi todos en la primera parte, en prevención de tener que sustituir a Rojo.

Desde una zona más cómoda, el Athlétic, sin arriesgar, sin hacer mayores esfuerzós que los necesarios, también fue superior. Su jugada de pizarra en el segundo gol desmoralizó a los jugadores madrileños, que ya dejaron pasar el tiempo sin fe en sus propias posibilidades.

Pese a ser el dominio alternó en esa fase, pese a que Dirceu pudo jugar con cierta comodidad, al ser marcado por zonas y a cierta distanicia, las oportunidades de gol que hubo volvieron a tener signo local. Sin embargo, no llegó la goleáda. El espectáculo ante el equipo menos goleado de Primera División había terminado.

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