El congreso del PSOE de Madrid rechaza la proporcionalidad y propugna una política de mayoría con la derecha progresista
La candidatura de Joaquín Leguina obtuvo el 70% de los votos en el III Congreso de la Federación Socialista Madrileña, que le dan todos los puestos de la ejecutiva, frente al 25% de la lista alternativa presentada por la corriente de izquierda, con Luis Gómez Llorente a la cabeza. Fue rechazada la posibilidad de representación proporcional, aunque con el compromiso de convocar en seis meses una conferencia sobre organización. El congreso, al que no asistieron Felipe González ni Enrique Tierno, aprobó una resolución política en la que se propugna la estructuración de una mayoría formada por fuerzas de izquierda y sectores progresistas a la derecha del PSOE.
Tras su reelección como secretario general, Joaquín Leguina manifestó que su proyecto para los próximos años consiste en conseguir una convivencia habitable dentro del partido y hacer un esfuerzo para incrementar la militancia, intentando que quienes se acerquen al PSOE tengan una tarea concreta que desarrollar. Asimismo reiteró su voluntad de tender la mano a la línea de Gómez Llorente, calificando de «respetable» el porcentaje de votos alcanzado por su candidatura. También afirmó que el problema del sistema electoral del PSOE tiene que ser resuelto en el ámbito federal.Gran parte de los debates que no se produjeron en el 29º Congreso federal se trasladaron al de la organización madrileña, en un clima apasionado, aunque sin crispaciones. Junto con problemas internos, como el de la proporcionalidad, las discusiones se centraron en el programa dirigido a la sociedad. La resolución aprobada dice que la tarea de este partido, a corto plazo, consiste en «estructurar la mayoría socialista por la izquierda, y por la derecha formar un bloque de progreso nucleado en el PSOE como instrumento de cambio. Todo ello dirigido a preparar las elecciones generales, que conviertan esa mayoría social en mayoría política».
Para la corriente oficial, el PSOE tiene que dirigir políticamente al conjunto de sectores que van desde las clases medias hasta los movimientos radicales. Para la corriente de izquierda, la referencia a la posibilidad de integraciones o colaboraciones por la derecha, con la simple caución de que se trate de «sectores progresistas», supone una formulación demasiado ambigua, y la política adecuada sería favorecer la implantación de un partido bisagra, que pudiera recoger lo que fue el azañismo antes de la guerra civil.
Junto con el debate sobre aspectos de política general, la discusión interna más importante fue el mantenimiento del sistema mayoritario, que rige actualmente en las elecciones internas del PSOE, o su sustitución por un sistema proporcional. La cuestión fue suscitada por Luis Gómez Llorente, desde la incongruencia que, según la corriente de izquierda, supone defender la proporcionalidad en las elecciones a las instituciones del Estado, y mantener un sistema mayoritario puro y duro en el interior del partido.
Joaquín Leguina, cabeza del sector oficialista, aceptó la posibilidad de que la proporcionalidad sea más justa que el sistema mayoritario, pero consideró que el congreso de una federación regional no es el lugar adecuado para discutir esa cuestión, que debe quedar en manos del conjunto del partido, y en concreto, de la conferencia sobre organización federal, acordada por el 29º Congreso. Contraatacó la corriente de izquierda, en este caso a través de Manuel de la Rocha, afirmando que para el sector mayoritario nunca es el momento oportuno de abordar el problema de la proporcionalidad.
La votación arrojó el siguiente resultado: 39,78%, a favor de la proporcionalidad; 53,54%, en contra, y 6,68%, de abstenciones. El sector mayoritario mantuvo, pues, el predominio del congreso, aunque llegó a su punto más bajo, mientras que la posición de la corriente de izquierda alcanzaba su punto más alto.
Fórmula alternativa
Solventada esta votación, se pasó a otra propuesta transaccional, considerada como el símbolo de una operación intentada en Madrid por hombres del aparato federal del partido, supuestamente próximos a Alfonso Guerra. Consistió en plantear una fórmula de reserva de puestos a las minorías. Su defensor, Alejandro Cercas, argumentó en el sentido de que es necesario «evitar un cisma» en el interior del partido socialista, como podría producirse si continúa el actual enfrentamiento. La citada propuesta provocó bastante indignación entre otros sectores de la mayoría leguinista, que se opusieron a la misma; la votación consiguiente arrojó resultados sensiblemente parecidos a los que había tenido la proporcionalidad.Los resquemores de la mayoría leguinista se deben no sólo a que algunos hayan intentado una aproximación a la corriente de izquierda -capitalizando una operación que los otros sectores quieren aplazar hasta dentro de unos meses, una vez asegurado el control de la organización-, sino porque han presionado para obtener puestos importantes en el seno de la nueva dirección ma drileña, entre los cuales mencionan al vicesecretarlo electo, Teófilo Serrano. La duda existente en los diversos sectores es si Alfonso Guerra está claramente o no detrás de esa operación.
Consultado al respecto, el por tavoz de dicho sector, Alejandro Cercas, se limitó a comentar: «No es que nosotros seamos guerristas: somos los históricos de PSOE renovado en Madrid, y, por tanto, tenemos muchas relaciones ».
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