Un Atlético valiente perdió en Valencia

ENVIADO ESPECIAL El Valencia venció con justicia al Atlético de Madrid en un partido muy movido, gracias, sobre todo, a que el cuadro rojiblanco no se limitó a defender y buscó siempre el gol. Los ataques se sucedieron por ambos bandos, pero el valenciano, con fuerza, rapidez y tiro, movido por un. Solsona con la gran calidad de siempre y un Arnesen más potente según avanzaba el encuentro, supo sacar fruto de sus ocasiones. El Atlético se arriesgó, pero no desentonó en ningún momento, y si hubiese empatado tampoco habría sorprendido a nadie.

El conjunto de García Traid comenzó muy suelto el partido y sorprendió al Valencia. Hugo Sánchez demostró nuevamente sus buenas maneras, y al minuto de juego un gran cabezazo, a saque de falta de Juanjo, lo salvó Sempere en magnífica parada. A los diez, el mexicano, en un acelerón estupendo que engañó a la defensa blanca, disparó raso junto al poste izquierdo y otra vez Sempere tuvo que lucirse. La valentía del entrenador rojiblanco al sacar a Pedro Pablo (aunque luego fuese nulo ante Carrete) en lugar de otro media punta, como Mínguez, por ejemplo, para formar la consabida maraña centrocampista, parecía que podía dar sus frutos.

El Valencia, como réplica, sólo había ofrecido peligro a balón parado en saques de falta de Solsona y Arnesen. Empezaba a empujar, pero no pasaba de eso. Tardó en digerir la táctica rival, pero acabó haciéndolo. Arnesen ya no se asustó de que le tapara Marcos en los ataques de su equipo, cuando él vigilaba a Marian en los atléticos. Botubot no tuvo problemas para contener al extremo internacional, salvo en dos o tres ocasiones, porque a éste parece faltarle siempre una pizca de suerte o de moral para completar sus acciones. En la segunda parte, al entrar Leal, pasó ya claramente al ataque, pero tampoco acertó.

Para colmo, fue precisamente Arnesen quien marcó el gol cuando el Valencia terminaba de asentarse en el campo. César controlaba a Dirceu y Ruíz no podía con la habilidad de Solsona. El conjunto de Pasieguito se hizo dueño del campo a base de más fuerza y juego, y tanto César como Solsona pudieron marcar en sendos tirazos lejanos en los minutos 28 y 33. El Atlético, un poco perdido Marian y anulado Dirceu, no tuvo a nadie que ordenara el juego, que a veces salía con fuerza desde atrás a cargo de Quique.

En defensa, además, el Valencia no sólo controló las entradas de Marcos desde atrás, sino que Tendillo le tomó la medida a Hugo Sánchez y el peligro inicial rojiblanco fue diluyéndose cada vez más. Hasta el descanso solamente un tiro de Marian, que dio en el lateral de la red, y otro de Dirceu, que rozó el ángulo izquierdo, en los minutos 35 y 36, fueron el bagaje atacante del Atlético. A los 40, Juanjo salvó ante Gálvez un gol que parecía hecho.

El juego atlético pareció animarse algo en la segunda parte y, a los cinco minutos, Marian se metió solo en el área y Sempere tuvo que salvar arrojándose a sus pies. Sin embargo, a los ocho vino el gol fantasma de Saura, indicio de que el Valencia tenía más sentido práctico cara al marco.