Las caricaturas de Alberto Sordi
A las 22 horas, por la segunda cadena, se emite esta noche una típica comedia italiana de enredo, Mi hermano Anastasia, cuyo principal atractivo reside en el actor protagonista, Alberto Sordi, uno de los más eficaces y originales caricatos italianos, olvidado en los últimos años por los distribuidores españoles, aunque muy popular entre nosotros en los años sesenta., Sordi no es sólo el protagonista principal de la película, sino también el guionista. La faceta que como autor ha desarrollado Alberto Sordi en el cine italiano es prácticamente ignorada en España. Su película Lluvia de estrellas, donde narraba las aventuras de un grupo de cómicos en la república de Saló, no obtuvo el éxito esperado, y quizá por esa referencia hayan dejado de importarse las demás películas escritas o dirigidas por él.
Es, sin embargo, Sordi un humorista excepcional; la escasa repercusión que la industria cinematográfica italiana tiene en el mundo comparada con la de Hollywood no le ha colocado, popularmente, a la altura que merece, pero sin duda Sordi es mucho mejor inventor, más divertido y original que otros supuestos monstruos de nuestros días.
Mi hermano Anastasia no es, sin embargo, de sus mejores películas. Dirigida por el vulgar Stefano Vanzina, se limita a seguir las peripecias de un sacerdote que, sin saberlo, ha sido subvencionado por su hermano, un peligroso gangster de la mafia,, interpretado por Richard Conté.
Mañana, lunes, dentro del espacio Mis terrores favoritos, que dirige y presenta Narciso Ibáñez Serrador, veremos una vez más La invasión de los ladrones de cuerpos, la película que Don Siegel dirigió en 1956 y que no pudo ser estrenada en las pantallas comerciales españolas por decisión de la censura.
En RTVE, sin embargo, ha sido ya emitida en varias ocasiones. Se ha hablado a propósito de esta fábula de ciencia-ficción que lo que realmente denunciaba el director era la penosa caza de brujas que el senador McCarthy llevaba a cabo en el mundo de Hollywood y que otros senadores u otras disposiciones realizaban por todo el país; puede, no obstante, entenderse también la alarma que La invasión de los ladrones de cuerpos lanza como una llamada de atención hacia la supuesta infiltración comunista que Estados Unidos aseguraba sufrir en aquellos años.
La ambigüedad del mensaje no oculta el valor de una historia sugestiva, aunque rodada con escasos medios técnicos y no demasiada imaginación en el guión. El planteamiento, de una excesiva simplicidad, se ve acompañado en el mismo tono por la torpe interpretación y la ingenuidad del desenlace..., si es que lo hay.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.