_
_
_
_

La escuela de cultura física de la RDA, una "fábrica" de campeones

Se ha dicho más de una vez que cuando un atleta sube al podio en unos Juegos Olímpicos u otra gran competición internacional lo que se está premiando no son sólo las dotes y, esfuerzos excepcionales de un individuo concreto, sino a toda Una compleja organización de científicos, técnicos y administradores que han sabido aunar con éxito sus esfuerzos para conseguir fabricar campeones. Esto, que puede parecer a algunos una exageración y un menosprecio a las capacidades individuales de los deportistas, se hace, sin embargo, más evidente cuando en la República Democrática Alemana se visita la Escuela Superior Alemana de Cultura Física de Leipzig.En dicha escuela se resumen todos los esfuerzos científicos, técnicos y organizativos que han hecho posible que los equipos de atletismo, natación, esquí, remo, ciclismo y un largo etcétera de deportes de un pequeño país de poco más de diecisiete millones de habitantes, no sólo consigan estar entre los mejores del mundo, sino que en los dos deportes que por su carácter básico pueden considerarse exponentes del nivel deportivo absoluto de un país, esto es, natación y atletismo, han batido ya a los dos grandes colosos del mundo actual, soviéticos y americanos.

La Escuela de Cultura Física de Le1pzig no sólo imparte enseñanza para formar profesores de Educación Física y Deporte, sino que, como institución universitaria que es, realiza una labor de investigación básica y aplicada sobre todas las áreas del saber que conciernen al deporte. Desde la medicina deportiva hasta la biomecánica, pasando por la sicología o la pedagogía, todas las áreas del saber científico que tienen algo que aportar al rendimiento deportivo cuentan en Leipzig con equipos y laboratorios de investigación, puestos al servicio de alumnos, profesores y deportistas de alto nivel, que allí reciben sus planes de entrenamiento.

Deportista de élite

Todo muy centralizado, como corresponde a un país de economía planificada. Y todo muy politizado, como corresponde a una sociedad de partido único, que, en opinión de su clase dirigente, se encuentra en el camino de lograr el ideal social de la humanidad, el comunismo. De ahí que en la Escuela de Cultura Física, y con el fin de que los profesores, alumnos y deportistas tengan "claras posiciones políticas que permitan engrandecer la patria socialista y lograr el triunfo de la clase obrera", el programa de estudios, para obtener el grado equivalente a la licenciatura, contenga trescientas horas de la asignatura denominada "fundamentos del marxismo-leninismo".

Pero como es fácil suponer, no sólo se imparten lecciones de teoría marxista en la Escuela de Cultura Física de Leipzig. Una diversidad de materias, tales como fundamentos matemático-cibernéticos, biomecánica, psicología y pedagogía deportivas, teoría y metodología generales del entrenamiento, son tratados en Leipzig con una rigurosidad y una disponibilidad de medios que a mí, como profesor de la universidad española, me sorprendieron profundamente, acostumbrado como estoy a la penuria de medios de nuestra universidad, y no digamos de Instituto Nacional de Educación Física y Deportes (INEF).

En un país en el que los aparatos de televisión, sobre todo los de color, son aparatos de lujo al alcance de pocas familias, las salas donde se imparten las clases en la Escuela de Cultura Física de Leipzig se encuentran dotadas con numerosos monitores de televisión, en los que los alumnos y deportistas pueden ver, y estudiar, las filmaciones de competiciones y técnicas deportivas, realizadas con ilustraciones biomecánicas que facilitan enormemente su estudio y análisis. Algo que podría parecer poco menos que ficción científica a los sufridos alumnos de nuestro INEF.

Y para impartir tales enseñanzas y realizar el amblcioso programa de investigaciones deportivas señalado, la Escuela de Cultura Física de Leipzig cuenta con 450 profesores universitarios y científicos de alto nivel y un número aún mayor de técnicos, entrenadores y ayudantes. Según me informó el rector de la escuela, el personal docente, técnico e investigador que allí trabaja supera el millar de personas, y, todo ello para una población estudiantil que, entre alumi ios directos y por correspondencia, navitos y foráneos, oscila alrededor de los 4.000 estudiantes. Se puede hablar, pues, de una relación profesor-alumno de uno a cuatro. Creo que este dato por sí mismo ofrece una idea clara de la cantidad de recursos que el Estado socialista alemán dedica al deporte.

La investigación que se realiza en este centro no sólo va dirigida a la formación de entrenadores y de profesores, sino que forma la base de los planes de entrenamiento que siguen los deportistas de élite. De esta forma, la eficiencia de la planificación centralizada de la ciencia y técnicas deportivas alcanza su máxima expresión, ya que desde Leipzig se controla, dirige y protege toda la actividad deportiva de la República Democrática Alemana, desde la que realizan sus equipos olímpicos a la que despliegan los jóvenes escolares que participan en las espartaquiadas, competiciones de base, pasando por el deporte popular.

En suma, que aun reconociendo la imposibilidad de reproducir un modelo propio de una sociedad socialista en otra sociedad capitalista como la espanola, no se puede por menos que desear que algunos de los aspectos de la organización deportiva que se pueden ver en Leipzig pudieran ser estudiados en nuestro país.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_