Walsh, Berlanga y Comencini, en el cine del fin de semana
Por primera vez, y sin que sirva de precedente, Televisión Española ha programado tres grandes películas de tres importantes directores para este fin de semana, las dos primeras, hoy sábado y la última, mañana domingo, por la noche.
De los cuatro grandes tuertos del cine norteamericano, John Ford, Fritz Lang, Nicholas Ray y Raoul Walsh, este último ha sido quien más ha vivido. Murió el pasado mes de enero, a los 89 años, y había perdido el ojo derecho en los años veinte, en un desierto de Arizona, mientras rodaba uno de sus múltiples western.A pesar de una extensa obra, donde destacan las películas de acción, que comienza a la sombra de D. W. Griffith y finaliza en 1964, con Trompetas lejanas, cuando las compañías de seguros se niegan a cubrir su póliza en razón de su avanzada edad, es el menos considerado por una crítica que tardó muchos años en apreciar la alta calidad del trabajo de los otros tres.
Dentro del ciclo que desde el pasado 10 de octubre le dedica Televisión Española especialmente consagrado a las obras realizadas para Warner Brothers, con Errol Flynn de protagonista durante los años de la segunda guerra mundial, esta semana le toca el turno a Gentleman Jim. Rodada en 1942, tomando como punto de partida el libro de memorias de James J. Corbett y sobre un guión donde colabora el gran escritor de novelas negras Horace McCoy, es una dinámica y divertida historia que se estrenó en España más de veinte años después de su realización y en locales de tercer orden.
La razón de este extraño hecho hay que buscarla en que venía dentro de un paquete de trabajos de Flynn integrado por obras de clara propaganda antinazi, prohibidas por la censura del general Franco, y nunca exhibidas comercialmente. Eran Al filo de la oscuridad (1943), de Lewis Milestone, Persecución en el norte (1943), Jornada desesperada (1942) y Gloria incierta (1943), estas tres últimas dirigidas por Walsh y todas recientemente emitidas, o a punto de serlo, por Televisión Española. Rodada con gran habilidad, Gentleman Jim es una comedia llena de acción sobre la vida del inglés que hizo que el boxeo se convirtiese en un deporte, que se encuentra entre los mejores trabajos de Flynn y de Walsh, y que en el resto del mundo tuvo gran éxito en su momento.
Película denunciada
Poco después de la ejecución del comunista Julián Grimau se da garrote vil a los anarquistas Francisco Granados y Joaquín Delgado. Es el año 1963 y, a pesar de la renombrada apertura del gabinete ministerial nombrado el año anterior, la represión continúa en España. Ese mismo año, gracias a la financiación de un conocido futbolista, Luis G. Berlanga consigue hacer El verdugo, una de las mejores y más desoladoras películas de su filmografía.Presentada en el Festival de Venecia de 1963, donde gana el Premio de la Crítica Internacional, fue objeto de una carta-denuncia del entonces embajador en Roma Alfredo Sánchez Bella al ministro de Asuntos Exteriores, entonces Fernando María Castiella, que supuso que la censura, en el momento en manos de Manuel Fraga Iribarne, hiciese catorce cortes en la película con un total de cuatro minutos y medio.
De esta forma, hoy El verdugo es una obra maestra mutilada de una gran riqueza. Pues, aparte de un claro alegato contra la pena de muerte, es una interesante exposición de las relaciones de una pareja de la clase media, la narración de la vida de un hombre que por un cúmulo de circunstancias se ve arrastrado a efectuar unas acciones que no desea y que van destruyendo su personalidad. Con un excelente guión de Azcona y Berlanga, es una rara muestra de chispeante humor negro, con una gran interpretación de José Isbert y Emma Penella.
Casanova
Siete años antes que Federico Fellini rodase su prestigioso y aburrido Casanova, Luigi Comencini hace Infancia, vocación y primeras experiencias de Giacomo Casanova, veneciano, en 1969.Parte de los cinco primeros capítulos de las famosas Memorias de Casanova para hacer una crónica seria, lúcida y exacta de las costumbres de la sociedad veneciana del siglo XVII, y las narra a través de los ojos de un niño. Pero al igual que su versión de Pinocho es un fracaso por hacerla pensando en los adultos, ésta es otro pequeño desastre por hacerla pensando en los niños.
La falta del tono erótico que se asocia al personaje y su claro matiz didáctico hacen que esta espléndida película no tenga la acogida que merece por su despliegue de medios y su interés. A una excelente primera parte, con una cuidada ambientación de Piero Gherardi, baja algo en la segunda por lo inapropiado que resulta Leonard Whiting para dar vida a un Casanova adolescente.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.