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Reportaje:

Por primera vez desde la independencia de Tunicia, la oposición participa en unas elecciones generales

Por primera vez desde que Tunicia obtuviera la independencia, en 1956, una amplia gama de formaciones políticas de la oposición, recientemente legalizada, participará el próximo domingo en unas elecciones legislativas anticipadas destinadas a renovar los 136 escaños de la Cámara de Diputados y consagrar el pluralismo político. El clima en la capital tunecina es de absoluta normalidad, con la excepción de algunos intentos de manifestaciones protagonizados por grupos integristas musulmanes en los barrios populares, disueltos por la policía.

El partido oficialista Destur (PSD) se presenta a los comicios en el seno de un Frente Nacional -integrado también por la principal formación sindical, Unión General de los Trabajadores Tunecinos (UGTT)- que, según la opinión más afincada aquí, podría obtener la mayoría del futuro Parlamento, reafirmando su preeminencia política.El primer ministro, Mohamed M'Zali, ha sido el gran promotor de estos comicios anticipados destinados a apaciguar el clima político de Tunicia. Opuesto a la invasión del fanatismo religioso en el seno de la universidad, y partidario de una normalización entre Gobierno y sindicalistas, el jefe del Gobierno obtuvo, durante el congreso extraordinario del PSD celebrado el pasado mes de abril, el apoyo del presidente, Habib Burguiba, para "concretar el proceso democrático" iniciado tras la sustitución del ex primer ministro Hedi Nuira por M'Zali.

Cuatro formaciones

Cuatro formaciones políticas participan en estos comicios: el Frente Nacional, constituido por el partido Destur y la UGTT; el Movimiento de Demócratas Socialistas (MDS), dirigido por el ex ministro Ahmed Mestiri; el Partido Comunista Tunecino (PCT), legalizado nuevamente el 18 de julio de este año, dirigido por Mohamed Harmed, y el Movimiento de la Unidad Popular (MUP-dos), que es una escisión del partido creado por el antiguo ministro de Economía Ahmed Ben Salah, actualmente en el exilio.Ben Salah es la única gran figura política de la oposición tunecina que no participará en estos comicios, debido a la negativa dada por el Ministerio del Interior a una solicitud de legalización del MUP presentada a inicios de junio pasado. Otro de los dirigentes de la oposición ilegal, Ibrahim Tobal, exiliado en la capital argelina, ha condenado las elecciones y ha acusado en particular a Ahmed Mestiri de reprimir a las fuerzas progresistas de su partido para aliarse con el Destur.

En medio de estas rencillas de pasillo, los electores tunecinos se encuentran ante el hecho de que el programa político presentado por los cuatro partidos que participan en las elecciones plantea la instauración de un "modelo socialista tunecino", centrado en el respeto a las libertades individuales, la justicia social y un cambio democrático, del que se beneficiaría la masa de jóvenes que, además de considerarse marginada por el régimen, no dispone actualmente de posibilidades de trabajo.

El jefe del Gobierno ha subrayado, por su parte, que los comicios confirman la voluntad del régimen y, sobre todo, de Burguiba, favorable a que Tunicia acceda al pluralismo político sin poner en peligro el sistema actual. Desde abril del año pasado, M'Zali ha dirigido personalmente una serie de iniciativas destinadas a crear la base de un sistema de concertación social que preconiza incrementos salariales y el bloqueo de los precios de varios productos de primera necesidad.

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Las tres formaciones de la oposición legalizada que participan en los comicios han concentrado sus ataques contra la alianza entre el partido Destur y los sindicalistas y denuncian la escasa representatividad que, según ellos, tendría la UGTT después de los acontecimientos ocurridos en enero de 1978, cuando una manifestación sindicalista fue reprimida duramente por el Ejército y la policía.

El ex secretario general de la UGTT Habib Achur es el único dirigente sindicalista que no ha podido beneficiarse de una amnistía dictada por Burguiba, y permanece bajo un régimen de residencia vigilada, desposeído de sus derechos civiles y sindicales.

La mayoría de los analistas de la escena política tunecina opina que tras el fracaso sufrido por el régimen al intentar hacer de la UGTT un apéndice del poder tras la crisis de enero de 1978, éste habría reconocido la necesidad de garantizar la independencia del movimiento sindical y permitir que los dirigentes de la UGTT sean elegidos libremente por los afiliados.

En abril pasado, el congreso de a UGTT decidió solicitar la rehabilitación de Achur y la puesta en libertad de los sindicalistas todavía detenidos.

Una superstición árabe

La alianza entre los sindicalistas y el Destur ha sido también considerada como un éxito personal del primer ministro, M'Zali, quien presenta su candidatura en estos comicios en la localidad de Monastir, ciudad natal del presidente Burguiba, donde se halla edificado el mausoleo destinado albergar sus restos.Debido a una superstición religiosa árabe que considera de mal augurio terminar la tumba de una persona cuando ésta sigue todavía en vida, el mausoleo de Burguiba permanece inacabado.

El Frente Nacional se presenta en la totalidad de las veintitrés circunscripciones electorales del país con 106 candidatos del Destur y treinta de la UGTT; el MDS participa en veinte circunscripciones; el NUP-dos, en once, y el partido comunista, que considera simbólica su participación, en sólo seis circunscripciones. El

El Partido Comunista Tunecino, de escasa representatividad política y débil textura numérica, no es considerado por el Gobierno como un peligro potencial para la continuidad del actual sistema político, lo que explicaría el que haya sido legalizado con anterioridad a estos comicios. Por el contrario, las formaciones de Mestiri y el MUP-dos, toleradas durante los comicios, no serán legalizadas de finitivamente si no obtienen por lo menos el 5% de los votos válidos, posibilidad considerada de fácil acceso.

La sucesión de Burguiba

Las elecciones tienen, como otro elemento importante, el valor de una prueba política para el actual Gobierno, enfrentado a la posibilidad de la desaparición física de Burguiba. El presidente, que durante el mandato del ex primer ministro Nuira no ocultó sus preferencias hacia éste como sucesor suyo, oculta su actuales preferencias, a raíz de la incapacidad física que sufre Nuira desde 1980.Dos figuras políticas del actual régimen que pueden susceder a Burguiba, según la opinión de algunos dirigentes del Destur, son el actual ministro de Información, Tahar Belkoya, y el ex director del partido oficilialista Mohamed Sayed, liquidado políticamente por Nuira y rehabilitado posteriormente por el propio Burguiba.

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