El Ayuntamiento someterá a referéndum la rehabilitación de los bulevares desaparecidos en los últimos años
El Ayuntamiento de Madrid someterá a referéndum entre los habitantes de la capital de España la rehabilitación de los principales bulevares desaparecidos en los últimos años de la década de los sesenta, según pudo saber este periódico en fuentes del equipo municipal de gobierno de toda solvencia. La consulta, que se celebraría a finales del próximo año, la justifican los dirigentes de la Casa de la Villa en que tendrían que ser los madrileños quienes sufragasen los gastos de las obras, por lo que creen imprescindible contar con la opinión favorable de los ciudadanos. Caso de que el proyecto no fuera aprobado en votación por una mayoría razonable, no llegaría a realizarse, al menos a corto o medio plazo.
Si el resultado fuese afirmativo, los primeros bulevares que se rehabilitarían, siempre según las mismas fuentes municipales, serían los de Príncipe de Vergara (antigua General Mola) y las calles conocidas desde antiguo como los bulevares, es decir, las de Marqués de Urquijo, Alberto Aguilera, Carranza y Sagasta, para, paulatinamente, ir ampliando los proyectos al resto de los que existieron en Madrid (véase recuadro aparte).Preguntado el segundo teniente de alcalde, José Barrionuevo, sobre el tema, al expresarle redactores de EL PAIS las dificultades que supondrían para el tráfico estas medidas, caso de ser llevadas a cabo, señaló que se están preparando estudios de circulación, de potenciación de medidas coercitivas del uso del automóvil y otras que posibilitarían la realización de las medidas citadas.
"No se trata de una decisión tomada a la ligera", señaló Barrionuevo, "sino de realizar un estudio concienzudo y serio que pudiese garantizar la viabilidad de la operación. En caso contrario, no se haría, aunque personalmente creo que se puede llevar adelante. Se trata también de hacer un estudio económico de lo que costaría y de lo que tendrían que pagar los ciudadanos, para que éstos pudieran tomar su decisión libremente y con todo tipo de información previa". Barrionuevo manifestó que aún se desconoce, siquiera aproximadamente, lo que le costarían a cada ciudadano las obras.
Joaquín Leguina, concejal de Hacienda, señaló por su parte que la consulta popular se haría con el censo que actualmente está siendo confeccionado por el Ayuntamiento, el cual se espera esté terminado en el mes de diciembre próximo.
Una política favorecedora del uso del coche
La desaparición de los bulevares coincide con dos factores fundamentales, sin los cuales sería imposible la justificación de tales decisiones: una política alentadora del uso del coche privado y el boom económico de la época, que permitió la realización de grandes obras viarias.Con la creación de la Delegación de Circulación y Transportes en el Ayuntamiento de Madrid, en el año 1965, siendo su primer titular Antonio Valdés -más tarde, ministro de Obras Públicas-, se inició la política de desmantelamiento de los bulevares entre los años 1966 y 1968, principalmente. Entre los últimos años sesenta y los primeros setenta se construyeron paralelamente la casi totalidad de pasos elevados y subterráneos existentes en la ciudad. El expansionimo del automóvil privado coincide con el mandato de Arias Navarro como alcalde de Madrid. Sus sucesores, fundamentalmente García Lomas y Arespacochaga, realizaron una política de estrangulación del automóvil privado, en la esperanza de que los ciudadanos abandonasen este tipo de transporte y optasen por los colectivos, y no sería sino el primer gobierno de izquierdas quien tomase las primeras medidas restrictivas del uso del coche particular.
Para los responsables de la revisión del Plan General de Madrid, la rehabilitación de los bulevares sólo es posible partiendo de la base de que tiene que existir en el futuro una política encaminada a perseguir el uso de los vehículos particulares en el centro de la ciudad. La cifra de que en las horas punta alrededor del 80% de los viajes al centro se realizan en este tipo de transportes (frente al 55%-60% de ciudades como París y Londres) es por sí sola elocuente.
Dicha política de persecución del coche privado tendría que basarse, según técnicos de la Oficina de la Revisión del Plan General, en una fuerte ampliación de la ORA, probablemente hasta el tercer cinturón (M-30); una utilización masiva de los transportes públicos, especialmente el metro; la creación de algunas vías rápidas al margen de las existentes y el nuevo diseño del sentido del tráfico en algunas calles importantes.
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