Robles Piquer, nombrado nuevo director de RTVE en un Consejo de Ministros extraordinario
El Consejo de Ministros, reunido ayer en sesión extraordinaria, decidió aceptar la dimisión, previamente forzada, de Fernando Castedo, como director general del Ente Público de Radio Televisión Española (RTVE) y designó a Carlos Robles Piquer, actual secretario de Estado de Asuntos Exteriores, para sucederle en el cargo. Previamente, el Comité Ejecutivo de UCD habla mantenido una larga reunión dedicada a debatir la decisión de sustituir a Fernando Castedo, adoptada durante la noche del viernes por Leopoldo Calvo Sotelo- Agustín Rodríguez Sahagún, Pío Cabanillas y Adolfo Suárez, en presencia del interesado.
Sólo parte de los socialdemócratas protestaron enérgicamente por la forma y el fondo, haciendo hincapié en lo primero, en que se había llevado a cabo el relevo de Castedo. Los moderados expresaron a su vez su satisfacción.«Te has cargado el Estatuto de RTVE», le dijo airadamente al presidente del Gobierno el líder de los socialdemócratas, Francisco Fernández Ordóñez. «Esto es intolerable: te has cargado el Estatuto y yo me entero por los periódicos». Con el ademán impasible que le caracteriza, Leopoldo Calvo Sotelo le replicó: «Paco, eres abogado, habla con propiedad. Además no debes preocuparte, que a quien le echarán las culpas es a mí». Esta conversación sucedía momentos antes de iniciarse la reunión del Comité Ejecutivo de UCD, en el que quedaría patente la soledad de los socialdemócratas frente al resto del aparato centrista y se evidenciaría el distanciamiento cada vez mayor de este sector hacia los planteamientos actualmente imperantes en UCD.
Fernández Ordóñez pidió que constase en acta su protesta ante « la decisión de pedir la dimisión de Castedo sin el debate previo que había sido ya convenido en el seno del Comité Ejecutivo». «La política en materia de radio y televisión es algo muy serio, que implica la viavilidad del propio Estatuto que aprobaron las Cortes», añadió, «y pedir la dimisión al día siguiente del descalabro electoral gallego podría parecer, lamentablemente, una rabieta poselectoral».
Esta última apreciación de Fernández Ordóñez no fue compartida por Rodríguez Sahagún, quien puntualizó que la petición de dimisión se hizo para evitar las declaraciones, presumiblemente desafiantes para el Gobierno, de la anunciada conferencia de Prensa, «y la verdad es que hasta se le pidió que retrasase unos días su marcha», dijo, «precisamente para evitar que se asociara una cosa con otra. El Gobierno», concluyó, «hace ya tiempo que había adoptado esta determinación».
En todo caso, la protesta de Ordóñez fue respaldada por Luis González Seara y Carmela García Moreno, y no lo fue, en cambio, por los otros socialdemócratas de la ejecutiva, Luis Gámir y Juan Antonio García Díez. Cuando se planteó el nombre de Carlos Robles Piquer para sustituir a Castedo, Fernández Ordóñez abandonó la reunión para evidenciar su deseo de desvincularse de tal propuesta.
Adolfo Suárez y los miembros del Comité Ejecutivo a él afines se mostraron discretamente resignados a la caída de Castedo, al aceptar como un hecho evidente que la situación se había hecho insostenible. Preguntado Adolfo Suárez, al finalizar la reunión del ejecutivo, si había sido llamado la noche anterior a la Moncloa para participar en la defenestración de Fernando Castedo, precisó que había sido convocado para comunicarle que tal decisión había sido adoptada. Versiones oficiales que circulaban ayer indicaban que el ex presidente del Gobierno había sido llamado por una cuestión de cortesía, dado que él había sido quien le había designado.
Suárez le deja caer
Consultado o informado, lo cierto es que el duque de Suárez apoyó ayer la decisión del presidente del Gobierno. Una fuente centrista indicó que el planteamiento del presidente honorario de UCD fue el siguiente: «Si se da un pulso entre un cargo de la Administración y el presidente del Gobierno, yo le doy mi apoyo a éste».
En las conversaciones entre Suárez y Calvo Sotelo este tema estuvo siempre presente y sólo el apoyo de Suárez a Castedo retrasó la medida, tomada desde hace tiempo por Calvo Sotelo y su equipo de asesores más próximo. El fracaso electoral de Galicia y la necesidad de recomponer la UCD de las próximas elecciones legislativas, convenció a los suaristas de que el mantenimiento de UCD como partido, y sobre todo la continuidad en el control de su aparato, pasaba por el cese de Fernando Castedo.
Fuentes próximas a Adolfo Suárez, pertenecientes al bufete jurídico de la calle Maura, manifestaron, por otra parte, a EL PAIS que la dimisión de Castedo estaba decidida desde hace mucho tiempo; sólo faltaba cerrarla. Sobre el eventual cambio de criterio de Adolfo Suárez en el último momento, señalaron desconocer si se había producido, pero puntualizaron que «siempre ha habido acuerdo para que el Gobierno hiciera lo que le pareciera en este asunto»
Respecto a la conveniencia de que UCD negociara con el PSOE la designación de un nuevo director general, en lugar del fulminante nombramiento de Carlos Robles Piquer, fuentes del aparato centrista aseguraron que no existe ninguna exigencia legal ni política para esa negociación. La alegación de que no conviene romper el equilibrio creado por el nombramiento de Castedo fue contestada con las palabras siguientes: «El acuerdo para la designación de Castedo sólo fue un chantaje del PSOE, que condicionó la elección de los miembros del Consejo de Administración de RTVE a la designación del director general. Pero ahora el Gobierno tiene las manos libres».
La Secretaría de Estado para la Información, al término de la reunión del Consejo de Ministros, facilitó el siguiente comunicado:
«El Consejo de Ministros, con asistencia de todos sus miembros, se ha reunido en la tarde de hoy bajo la presidencia de don Leopoldo Calvo Sotelo».
«El Consejo ha decidido aceptar la dimisión de don Fernando Castedo como director general del Ente Público de RTVE y nombrar para dicho cargo. a don Carlos Robles Piquer».
«Asimismo, el Consejo ha tenido conocimiento de la moción aprobada en el congreso del PSOE sobre la dimisión del señor Castedo. El Gobierno rechaza en su totalidad las torpes imputaciones que se le hacen y lamenta el bronco y poco democrático lenguaje que se utiliza».
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