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Elecciones al Parlamento gallego

Cuatro candidatos se disputan la presidencia de la Junta autonómica de Galicia

UCD está segura de su triunfo, pero podría verse obligada a buscar apoyos para la elección de presidente. En este supuesto, la nominación de su actual candidato, José Quiroga, resultaría problemática, ya que tanto Alianza Popular como cl PSOE, que han criticado con dureza la gestión que Quiroga ha realizado en los últimos dos años al frente de la Junta preautonómica, tal vez exigirán la designación de otra persona. La otra carta centrista sería, probablemente, Antonio Rosón, si bien inicialmente UCD proyecta situarle al frente del Parlamento autónomo.El candidato centrista parece ser el que cuenta con más posibilidades si se mantiene la tendencia de voto centrista que se ha registrado en Galicia durante las últimas consultas electorales. En su contra cuenta con los posibles vetos de otras fuerzas políticas, siempre que su respaldo fuese necesario para la nominación. Tampoco es deseartable que quienes no le apoyaron el 3 de agosto, fecha en la que fue elegido candidato de UCD, merced al apoyo de José Luis Meilán y Eulogio Gómez Franqueira, frente al rector de la Universidad de Santiago, José María Suárez Núñez, traten de paliar aquella derrota y promuevan a otra persona para presidir la Junta, precisamente en base al ofrecimiento que hizo Quiroga de dejar su puesto si el partido lo consideraba necesario. José Quiroga opina que quienes apadrinaron al candidato derrotado -Pío Cabanillas, Jesús Sancho Rof y Antonio Rosón- no actuarán ahora contra él. «Sobre intenciones de personas no se puede nunca juzgar ni prejuzgar», manifestó a EL PAÍS, «pero creo que aquello está pasado y hoy hay una aglutinación total en UCD. Por ello pienso que no surgirán problemas».

Este médico orensano, de 61 años, introducido en la política por Eulogio Gómez Franqueira, que desde junio de 1979 ocupa la presidencia de la Junta, se muestra optimista ante la perspectiva de sucederse a sí mismo después de las elecciones del día 20: «Ya estoy acostumbrado a ejercer puestos de responsabilidad en peores condiciones».

Quiroga afirma que en el caso de resultar elegido presidente de la Junta aplicará el prqgrama de UCD, y en cuanto á los sectores que, en su estimación, requieren una atención preferente, cita la agricultura y la pesca. Se declara orgulloso de pertenecer a UCD, «porque la defensa de los intereses gallegos se realiza mejor a nivel de un partido de implantación nacional que de un partido regionalista».

El PSOE, segunda fuerza política de Galicia, presenta como candidato a la Presidencia del Ciobierno autónomo a Francisco Vázquez, secretario general de los socialistas gallegos y único diputado que dejó su escaiío en el Congreso para concurrir a estas elecciones. Estos días UCD le ha acusado de intentar entrar en el partido centrista en 1979. Los socialistas decidieron cambiar en Galicia la estrategia que siguieron con motivo de las elecciones a los parlamentos de Euskadi y Cataluña, donde obtuvieron resultados claramente desfavorables.

Después de aquellos fracasos, y en vista del éxito que obtu,vieron el PNV y Convergencia al hacer una campaña claramente presidencialista en torno a sus líderes, Carlos Garaikoeltxea y Jordi,Pujol, respectivamente, han adoptado unos planteamientos similares a los de los nacionalistas vascos y catalanes a la hora de promocionar a Vázquez y al presentarse claramente como una alternativa de poder frente a UCD. Francisco Vázquez asegura que si hay alguna comunidad en España que necesita un gobierno socialista esa es Galicia. «Mi partido», ha declarado a EL PAÍS, «está perfectamente capacitado para asumir la posibilidad de gobernar y constituir los equipos que ejecuten el programa socialista, lo que podría calificarse de cambio tranquilo de Galicia».

El candidato socialista rechaza cualquier tipo de coalición entre su partido y UCD o AP. «La realidad política gallega y la desgraciada experiencia de la etapa preautonómica descartan cualquier entendimiento con fuerzas que siguen una práctica antiautonomista, que basan en el caciquismo su poder electoral y además representan la continuidad del dominio conservador que ha azotado a Galicia durante los últimos doscientos años».

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Vázquez, que ingresó en el PSOE de la mano de Ciriaco de Vicente, al poco tiempo de morir Franco, sostiene que, en el supuesto de que lograse la presidencia de la Junta, sus primeras decisiones políticas estarían destinadas a adaptar las estructuras políticas y administrativas a la realidad social de Galicia y a conseguir un clima de diálogo y concertación que generara nuevos puestos de trabajo.

Este inspector de trabajo, de 35 años de edad, se declara especialmente preocupado por solucionar los problemas administrativos que han venido provocando la dispersión de la población en Galicia. «Por esta razón desearía instalar oficinas de la Administración del Estado en todas las cabeceras de comarca; así quedaría roto uno de los principales resortes del poder caciquil».

Para el presidenciable socialista, la autonomía puede ser el instrumento que permita a Galicia salir del subdesarrollo. Las líneas de actuación que seguiría para alcanzar este objetivo comprenderían, en primer lugar, la utilización de todas las competencias estatutarias en materia de cajas de ahorro, para hacer de éstas unos entes competitivos en materia financiera, de tal forma que se estableciesen unos recursos de ahorro popular para favorecer la inversión generadora de empleo. Por otro lado, los socialistas propugnan una profunda transformación de la infraestructura viaria, hospitalaria y educativa, encaminada a potenciar el sector primario y su transformación industrial.

Fernández Albor, un "fichaje" de Fraga

El candidato cuya presentación ha provocado mayor sorpresa en la escena política gallega es Gerardo Fernández Albor, el hombre que destinaría Alianza Popular a dirigir el Gobierno autónomo. Su presencia al frente de la lista de AP por La Coruña, en calidad de independiente, ha sido calificada como un fichaje espectacular de Fraga.Fernández Albor, prestigioso cirujano santiagués, de 64 años de dad, perteneció al Partido Popular Gallego, que se disolvería ante el fracaso que obtuvo la democracia cristiana en las elecciones generales de 1977. Posteriormente formó parte del colectivo Realidade Galega junto con destacados intelectuales galleguistas, como Domingo García Sabell, Isaac Díaz Pardo y Ramón Piñeiro.

Un sector de la UCD gallega tenía previsto incluirlo en sus listas al Parlamento gallego en el caso de que triunfase la operación, propiciada por Pío Cabanillas, Jesús Sancho Rof y Antonio Rosón, para nombrar a otro médico compostelano, José María Suárez Núñez, candidato centrista a la presidencia de la Junta. Esta iniciativa no prosperó al vencer en votación secreta la candidatura de José Quiroga. Al parecer, Fernández Albor figuraba en la lista provisional que se había elabor ado para la provincia de Orense.

«Yo animé a Suárez Núñez a que acudiese a la contienda elector ha manifestado el Andidato aliaincista a EL PAÍS, «y él me preguntó si podía contar conmigo. Le respondí que sí». Afirma que desconoce su posible inclusión en una lista provisional centrista y justifica su presencia en una candidatura de Alianza Popular, señalando que «no tenía argumentos para negarme a colaborar en la consolidación de la democracia y la autonomía».

Al mismo tiempo, asegura que se siente totalmente identificado con la ideología del partido fraguista: «De todo lo que conozco y he visto en él, no hay nada con que pueda discrepar». Fernández Albor rehúsa exponer las medidas que le gustaría desarrollar al frente de la Junta autonómica. «Primero veremos si salgo diputado; aquí no se sabe nunca lo que puede pasar».

Solamente un partido nacionalista presenta candidato a la presidencia de la Junta: Esquerda Galega, grupo de reciente creación, que agrupa a antiguos militantes de la Unión do Pobo Galego y otras fuerzas de izquierda nacionalista. Camilo Nogueirás un ingeniero industrial de 44 años, es el hombre que propone esta fuerza política empeñada en superar la dicotomía entre socialismo y comunismo.

Esquerda Galega, cuyo presidenciable no tiene prácticamente posibilidad alguna de dirigir la Junta, ha elaborado un extenso programa de gobierno, en el que propone, entre otras cuestiones, normalizar la lengua gallega a todos los niveles, modernizar las estructuras agrarias y pesqueras, consolidar un sistema para recuperar y asignar adecuadamente el ahorro y ampliar el campo de las libertades.

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