Sorpresa por "Lástima de censura"

No he leído, y estoy dispuesto a no hacerlo hasta haberle puesto el sello a esta carta (no quiero escribir el verbo "franquear" en esta ocasión) y echado al correo, el trabajo que sobre el gran escritor Juan Gil-Albert publicó la admirada pluma de Manuel Vicent el pasado día 5 en el periódico que usted dirige.Lo que sí hago rápidamente es manifestar mi sorpresa ante la carta, titulada "Lástima de censura" (17 de septiembre de 1981), que firma desde Granada Sebastián Pérez Linares, muchos años subjefe provincial del Movimiento en esta ciudad, en donde todos nos conocemos (y por eso se cargaron a Lorca). ¿En nombre de qué intelectuales granadinos puede hablar, con la excusa de un desagravio (?) a Gil-Albert, quien durante tanto tiempo tuvo la sartén por el mango, al lado de las fuerzas más reaccionarias de Granada?

Yo, que suelo respetar las opiniones, vengan de donde vengan, las comparta o no, pienso que lo más prudente sería que señores como Sebastián Pérez Linares supieran estar callados, por mucho que les enoje la libertad que empieza a disfrutarse, y no metan la patita diciendo a alguien "que se ande con cuidado", como en aquellos viejos tiempos que tanto añoran. /