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La expansión de Confecciones Gijon, amenazada por la caída de demanda

En Asturias, región yugoslava donde los empresarios privados emprendedores son rara avis, entre otras razones por el efecto de repulsión ejercido por los monstruos públicos Ensidesa y Hunosa, Enrique López, que comenzó desde la nada, llevando la contabilidad, por horas, en la sociedad Sierra, es hoy uno de los empresarios de la confección de camisería más importante del país, al frente de Confecciones Gijón. Sin embargo, su éxito empresarial se encuentra actualmente amenazado por la compra, en 1974, de Sincos, cuyo comité de empresa acaba de ser despedido en bloque, como consecuencia de tina rescisión de contratos aplicada a la mayor parte de su plantilla ante la espectacular caída de la demanda.

Confecciones Gijón. fabricante de las camisas Ideke, es la primera en ventas de las firmas de calidad situadas en las zonas media alta y alta. En total hay unas diecisiete, y todas ellas, excepto la asturiana son lanas valencianas y madrileñas.Enrique López no tiene inconveniente en asumir personalmente el error que supuso la compra de Sincos. «Todo el equipo directivo». afirma, «se oponía a esa operación, pero Yo me empeñé en llevarla adelante porque Confecciones Gijón se encontraba en franca expansión y porque no quería desaprovechar la ocasión de salvar una empresa que se encontraba en quiebra v al borde del cierre».

La crisis, ya claramente perceptible en España en 1975, dio al traste con sus planes. «La reducción de la demanda afectó incluso a Confecciones Gijón. No pudimos por tanto transferir a Sincos el previsible excedente de demanda, y desde entonces hemos sostenido una insoportable sangría de préstamos de Confecciones Gijón a Sincos, que actualmente superan los doscientos millones de pesetas, Justamente cuando hemos visto que la continuidad de Sincos, en las actuales circunstancias, acabarían creando graves problemas a Confecciones Gijón, decidimos rescindir el contrato a 75 trabajadores pasar a quince a una regulación temporal de empleo y mantener 48 en activo en aquella empresa en vez de cerrarla».

Los conflictos surgidos por esta reducción de la plantilla determinaron el despido de todo el comité de empresa en bloque, hecho denunciado por USO ante el secretario general de la OIT, con el argumento adicional de que «tal atentado a la libertad sindical» había sido cometido por un miembro de Parlamento español. Enrique López. propietario del 51% del capital de Confecciones Gijón y de Sincos. preside estas dos sociedades y es senador de UCD por Asturias. Frente a su argumentación, el comité de empresa de Sincos sostiene que la compra de esta sociedad tuvo como objeto consolidar su monopolio de la confección de camisería en Asturias, y que el fracaso de la operación pronto-moda, dirigida, en 1978, a copar el mercado de señora la dejó definitivamente sentenciada.

Problema de vasos comunicantes

Enrique López teme que el problema de Sincos se traslade a la sociedad matriz, Confecciones Gijón, cuyos comités de empresa se encuentran identificados en cuanto a los problemas surgidos recientemente.En medio de la crisis actual, este empresario asturiano solicitará próximamente, sin embargo, el apoyo de las fuerzas políticas asturianas para un plan de reordenación comercial del sector textil en Asturias dirigido a conseguir una mayor penetración en el mercado nacional y a incrementar las exportaciones, que se verán extraordinariamente favorecidas con la entrada de España en la Comunidad Económica Europea.

«Necesito», dice, «del orden de mil o 1.500 millones de pesetas, que habré de obtener de la banca privada o de los fondos públicos, porque este plan revolucionará nuestra competitividad».

«Para Confecciones Gijón supondrá la creación de unos mil puestos de trabajo. El plan de reconversión del sector, al que destinarán 150.000 millones de pesetas, no será una panacea para nosotros. En primer lugar, lo más probable es que los grandes beneficiarlos del mismo sean las empresas catalanas v, valencianas.

En términos generales, yo tengo gran confianza en el sector textil español porque en moda y gusto puede competir con cualquier país.

Ahora bien, donde no tenemos nada que hacer es en la confección barata, de poca calidad, campo en el que el Tercer Mundo está en condiciones mucho más favorables porque dispone de una mano de obra muy barata.

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