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Entrevista:

El pacto entre empresarios, sindicatos y Gobierno, clave del éxito económico de Japón

Shigeo Nagano es considerado el padre del milagro japonés. Nació en Hiroshirna hace 81 años. Y en 1947 fue designado viceministro de Estabilización Económica de su país. Ha ocupado importantes puestos de dirección en diversas compañías japonesas y en la actualidad es presidente de la Cámara de Comercio e Industria de Japón Y del comité japonés de Cooperación Empresarial con España, así como titular del Consejo Asesor de Cooperación Económica Internacional de su país y consejero del ministro japonés de Asuntos Exteriores. En Tenerife asistió a la tercera reunión plenaria del citado comité bilateral de cooperación empresarial e hizo las siguientes declaraciones a EL PAÍS.

Pregunta. ¿Cuál ha sido, en su opinión, la causa del milagro industrial japonés?

Respuesta. Ésta es una difícil pregunta para responder en pocas palabras. Le diré que recuerdo que en la época de posguerra nosotros quedarnos sin nada. El país resultó derrotado. Tanto los empresarios. como los trabajadores y el Gobierno pensamos que debíamos unir nuestros esfuerzos. eliminando las discrepancias, para colaborar conjuntamente en una tarea nacional. Yo creo que este espíritu de colaboración entre los tres sectores fue la causa del crecimiento económico japonés.

P. Durante lo que se ha denominado la era Meiji (1868-1912), Japón creó toda una industria moderna y asimiló las mejores técnicas extranjeras para realizar su famosa producción en serie e implantarse en el mercado mundial con precios asequibles. ¿Fue quizá la clave la atracción de aquellas técnicas procedentes de otros países?

R. Japón fue un país no desarrollado hasta hace 110 años. El país estaba, diríamos, cerrado al exterior. Fue entonces cuando un líder de la talla del emperador Meiji abrió Japón hacia el mundo y se inició su desarrollo. Hasta ese momento tuvimos que autosuministrarnos. La alimentación, el vestido. todo tuvimos que fabricarlo nosotros mismos. Después comenzamos a aprender de otras naciones su tecnología. En cuanto al sector textil, aprendimos de Inglaterra; en cuanto a la maquinaria, de Alemania y, Estados Unidos, etcétera; aprendimos, por tanto, de todos esos países desarrollados, y después, aplicando nuestros propios cerebros, reformamos aquellas tecnologías logrando resultados mejores, gracias a nuestro es, fuerzo. Yo creo que, precisamente, ese mismo esfuerzo ha sido la clave de nuestro desarrollo. El actual auge de nuestra siderurgia e industria de transformación se lo debemos también a aquella tecnología que aprendimos fuera. En una primera época nos sirvieron los conocimientos adquiridos de Francia y, después. de Estados Unidos, Inglaterra e incluso España.

No hubo planificación total

P. ¿El esplendor alcanzado por la economía japonesa en este último siglo obedece también a una rigurosa planificación?

R. Realmente no hubo una planificación total. Cada uno hacía lo mejor que podía, utilizando al máximo su capacidad, no sólo tecnológica, sino, además, administrativa.

P. Japón es un país eminentemente exportador. ¿Qué ocurriría si sus niveles de exportación fueran disminuyendo?

R. La exportación es una cosa imprescindible para nuestro país. En Japón. según su tamaño, solamente podríamos vivir unos cuarenta millones de personas y, en realidad, somos 120 millones. Entonces, claro, tenemos que comprar la materia prima y la comida con el dinero que obtengamos de la exportación. Exportamos mano de obra, cerebros y productos transformados. No podemos hacer autocontrol de la exportación, porque no podríamos sobrevivir. El problema es cómo exportar. Si aumenta el nivel de fricción en el exterior, y no podemos exportar más, entonces no podemos vivir tampoco. Nuestra preocupación ahora es hacer los ajustes necesarios de cómo exportar sin que ello cause una mayor fricción con otros países.

La crisis también afecta a Japón

P. ¿La crisis actual afecta también a su país?

R. Sí, la crisis petrolera nos ha afectado gravemente. Hemos tenido que hacer un segundo gran esfuerzo para ahorrar petróleo y para estudiar nueva tecnología con la que producir reduciendo el coste energético. Por otra parte, procuramos buscar productos adaptados a la demanda mundial, y para ello ha sido muy valiosa la contribución de las casas comerciales japonesas, que han obrado como una antena de las necesidades de! mercado mundial a través de sus estudios económicos.

P. ¿Cuál ha sido su papel desde el primer momento en la revolución industrial que ha experimentado Japón?

R. Yo he pretendido liberar a la economía de mi país de lo que podemos llamar una economía controlada, para abrir caminos de librecambio, garantizando salarlos adecuados para que el obrero trabaje con ganas. Esta teoría ha funcionado en Japón. Quiero decir que observo que la economía española está en este mismo camino y espero que obtenga los mismos éxitos, de los que estoy seguro, porque cuenta con grandes dirigentes, como el Rey, a quien admiro mucho.

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