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La economía mundial no crecerá más de un 2% en 1982, según el Fondo Monetario Internacional

El Fondo Monetario Internacional, tras advertir que la salida de la crisis económica llevará más tiempo del que se esperaba, recomendó ayer a los países miembros la adopción de «políticas integradas y firmes» de ajuste económico interno y externo basadas en una combinación adecuada de medidas monetarias y fiscales que no descuiden, en ningún momento, la contención del gasto público y persigan a la vez el equilibrio presupuestario.

Al tiempo que el director gerente del FMI, Jacques de Larosiere, advertía que las perspectivas económicas para 1982 serán menos esperanzadoras que lo que se creía hace un año, el comité interino del organismo mundial, como órgano elaborador de la política del FMI, abrazaba la adopción de las políticas estabilizadoras ensayadas con resultados mixtos por Estados Unidos y otros países industriales y que, nominalmente, persiguen ante todo la lucha contra la inflación y la previa creación de unas bases sólidas de relanzamiento económico.Simultáneamente, un informe confidencial, presentado ante la reunión por el director del FMI en nombre del staff, advertía que el crecimiento económico en los países industriales apenas llegara a ser del 2% en 1982, frente el 1,2% de 1980 y 1981, y que los índices de desempleo en Occidente no disminuirán el próximo año del 6,5 % alcanzado en 1981. Asimismo los desequilibrios externos en los países industriales seguirán presentes en 1982, y sólo Japón y la República Federal de Alemania podrán reducir, entre los desarrollados, sus fuertes déficit por cuenta corriente.

Lo más atractivo de las recomendaciones de política económica del FMI están contenidas en el informe confidencial de su director gerente, cuya copia ha sido obtenida por EL PAÍS. En este documento se contrasta un panorama mucho más sombrío que en el reciente informe anual público del Fondo, aunque se insiste en que «han empezado a notarse signos de progreso en la lucha contra algunos de los problemas económicos más severos de los últimos años».

La inflación, a la cabeza

No obstante, el informe específica que el principal problema de la economía mundial continúan siendo las altas tasas de inflación que permanecen en la mayoría de los países, los bajos o negativos niveles de crecimiento en los países industriales y los extensos desequilibrios en las balanzas por cuenta corriente, tanto desarrollados como en vías de desarrollo.En el documento, que consta de dieciocho apretadas páginas, De Larosiere concreta las medidas y pasos que deben seguir los países miembros para llevar a cabo lo que él llama «un planteamiento integrado y amplio de política económica», que haga frente a unos desequilibrios de la economía mundial cada vez más difíciles de combatir.

Las medidas recomendadas por el informe de Larosiere se pueden sumarizar así:

1. Control de la demanda nominal agregada en orden a reducir la inflación y las expectativas de inflación y que cree la atmósfera económica favorable para una mayor inversión restauradora de un crecimiento económico sostenido. El control de la demanda, dice el informe, exige un control de la expansión monetaria cuidadoso y permanente y una política fiscal compatible con estas restricciones. Los déficit públicos, añade, deben limitarse al tiempo que deben reducirse los altos tipos de interés.

2. Cuidadoso estímulo de la oferta, ya que, dice el informe, debe reconocerse que la reducción de la demanda agregada puede tener un impacto adverso en el empleo por un período de tiempo, lo que es políticamente insoportable.

Para minimizar precisamente este impacto, hay que adoptar medidas en el lado de la oferta y se debe estimular, o eliminar desincentivos, la inversión y el ahorro. Se debe mejorar la productividad y perseverar, pese al relajamiento del mercado del petróleo, en las políticas de ahorro y reconversión energética.

3. Una política de rentas a medio plazo es aconsejable en los países industriales para afrontar el problema básico de la stagflación (inflación y recesión al mismo tiempo). Aunque las políticas de rentas son un área muy polémica, dice el informe, en algunos países medidas de este tipo, aunque informales, pueden ser un componente muy apreciable a la política fiscal y monetaria.

4. Ajuste en las balanzas externas, es fundamental en algunos países, especialmente los subdesarrollados no productores de petróleo y aquellos con un grado medio de desarrollo económico.

Si se acude al endeudamiento externo no hay que descuidar que los gastos de estos fondos sean inversiones productivas en áreas con futuro que ayuden posteriormente a repagar las deudas.

Medio plazo

El informe, posteriormente, pasa a detallar las perspectivas de la política económica a medio plazo, y señala que, tras serios estudios realizados por el Fondo, se ha llegado a la conclusión de que aquellas políticas orientadas sólo al crecimiento, descuidando la lucha contra la inflación, han producido más inflación a medio plazo y han hecho más difíciles y costosas las soluciones tardías.Con excepción de la referencia al capítulo de los tipos de interés, las recomendaciones del informe de Larosiere, al menos en filosofía, coinciden con las peticiones realizadas ayer por el presidente Reagan en la sesión de apertura de la 36, reunión anual del FMI y el Banco Mundial. En su corta intervención, el presidente nor teamericano abogó por polítícas nacionales orientadas a poner la casa en orden, lo que sólo se podrá conseguir, según Reagan, mediante políticas firmes de austeridad fiscal y monetaria.

En cuanto a los problemas del Tercer Mundo, Reagan desaconsejó las políticas de contínuo en deudamiento de algunos países y, tras ratificar la oposición norte amencana a la ampliación de la política crediticia del FMI y Banco Mundial, señaló que algunos países en desarrollo se encuentran al borde de la bancarrota.

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