Salud pública en la calle de Preciados.
La difícil tarea de tomar la tensión de la calle estaba hasta hoy en manos de los sociólogos y de los institutos de opinión. Pero los tiempos cambian. Mientras se sigue hablando de la reforma sanitaria, varios equipos de ATS, sin duda en paro, han decidido, por iniciativa propia, hacer definitivamente pública la salud de los ciudadanos. Provistos de batas blancas, sillas plegables, esfigmo-manómetro y de un tranquilizador fonendoscopio, los sanitarios con tiempo libre han comenzado a instalarse en la calle de Preciados y en El Rastro; han puesto sus consultorios volantes en las encrucijadas y puntos de mayor tránsito, y auscultan por la voluntad.
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