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Sevilla y Puebla jugaron una final mediocre

Sevilla y Puebla brindaron una final que no pasó de mediocre. En relación con el juego, lo mejor fueron los goles. Los andaluces merecieron el triunfo, ya que al menos se mostraron más peligrosos ante el marco mexicano. Es precisamente de agresividad ofensiva de lo que carece el equipo de Pirri y Asensi. Los dos veteranos españoles canalizan el juego e intentan lo imposible por empujar al resto, pero al Puebla le falta carisma y entidad. Al margen de lo citado hay que destacar sobre todo la individualidad de Magañas, un gran jugador, hábil y rápido, al que la defensa sevillana apenas dejó jugar a base de hacer gala de una excesiva dureza.El conjunto de Miguel Muñoz apunta pero no acaba, por ahora, de hacer diana. Tiene hombres, cierta personalidad y criterio en el campo. El equipo lo pone en marcha Pintinho, que sabe bastante del tema. Aun así hay que apuntar que no está suficientemente apoyado por sus compañeros. En la final fue cerebro y motor de este equipo.

Dentro del irregular juego de. unos y otros hay que dar el nombre de Montero, que además de hacer algunas cosas de mérito se mostró trabajador. Santi se animó con su gol y también cumplió.

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