La III Reaata Alrededor del Mundo, a 14 días de su comienzo

Dentro de catorce días, el próximo día 29, se dará la salida en el puerto inglés de Portsmouth a la tercera edición de la Regata Alrededor del Mundo, sin duda, la prueba «reina» de la vela desde sus comienzos en 1973. Hasta abril de 1982, los más de treinta barcos inscritos de quince países, entre ellos, por primera vez, uno español, El Licor 43, deberán recorrer, en cuatro etapas, con escalas en Ciudad del Cabo, Auckland y Mar del Plata, unas 27.000 millas náuticas, 45.000 kilómetros.

La Copa América es la primera prueba del mundo en el sistema de desafíos -un barco de Estados Unidos, sempiterno ganador, defiende el título ante los aspirantes de otros países- y quizá sea también la más técnica. La Admiral's Cup británica, que acaba de terminar, está considerada como la más completa, pues reúne dos regatas de altura: la Channel y la Fastnet, y es un oficioso campeonato mundial de cruceros. Sin embargo, la Regata Alrededor del Mundo, que ha tenido ya dos precedentes, en 1973-1974 y en 1977-1978, reúne las características de ambas y, además, al suponer un extraordinario esfuerzo económico y de hombres, en mares y condiciones muy distintos, añade un apartado de aventura o hazaña, que devuelve al deporte a las épocas históricas en que navegar a vela era simplemente una necesidad de supervivencia.La regata, que comenzará el último sábado de agosto, tendrá el habitual y «fácil» aperitivo de bajar por el Atlántico hasta Ciudad del Cabo. El barco español, Licor 43, ya tiene prevista la derrota o ruta que seguirá. Tras la salida del canal de la Mancha tomará rumbo suroeste, pues los vientos suelen ser de componente Oeste, dejará las islas Canarias a babor y cruzará el ecuador aproximadamente por los 20º o 25º Oeste, zona de grandes calmas, hasta el paralelo de la Punta Negra. Aproximadamente hasta Suráfrica habrá recorrido casi 13.500 kilómetros, con lo que cumplirá la primera etapa.

La salida de la segunda, hasta Auckland, en Nueva Zelanda, está prevista para el 31 de octubre, y el barco español, aunque los puertos de comienzo y fin están prácticamente en el mismo paralelo, no podrá seguir, casi con seguridad, la ruta ortodrómica -la más corta en todo momento, pues el terrible océano Indico, a latitudes muy bajas, no se lo permitirá. En esta etapa los barcos deberán descender, por primera vez, del paralelo 40, e incluso del 50. Vientos del Este, que pueden superar fácilmente los cien kilómetros por hora -de ahí su nombre de Los cuarenta rugientes y cincuenta bramadores-, y temperaturas habitualmente por debajo de los cero grados -con lo que el peligro de encontrarse con icebergs es, constante- obligarán al barco a tomar una derrota mixta para eludir esas dificultades. Será la regata más larga, sobrepasándose los 14.000 kilómetros.

La tercera deberá iniciarse poco antes del final del presente año, el 26 de diciembre, y con unos 13.000 kilómetros, tendrá su final en un puerto que se estrena en esta tercera edición de la prueba: el argentino de Mar del Plata, unos cuatrocientos kilómetros al sur de Buenos Aires. El balneario o lugar de veraneo tradicional argentino sustituirá en esta ocasión a Río de Janeiro, cuyo puerto no ofrece ya condiciones para tantos barcos inscritos, más del doble que en la anterior. Además, la llegada de la regata coincidirá con la celebración de los Carnavales, que prácticamente paralizan al país. Por otro lado, el comodoro del Yacht Club de Mar del Plata es inglés, gran diseñador naval y experto en regatas de altura, por lo que ofrece más garantías a los organizadores de la Royal Naval Sailing, que incluso tendrán esos días la presencia del buque Endurance, de la Armada Real Inglesa, el cual realizará labores de vigilancia al paso de los participantes por el punto quizá más importante y tradicional, el cabo de Hornos, más cercano al puerto argentino que al brasileño.

El cabo de Hornos, punto clave

El Licor 43, quizá como bastantes otros barcos, seguirá dos rumbos diferentes entre Auckland y Mar del Plata. En la primera parte no se podrá utilizar tampoco la ortodrómica, pues eso supondría navegar a latitudes muy bajas. De todas formas, con el viento siempre reinante en el Pacífico -sus 8.000 kilómetros- de Oeste a Este no tendrá más remedio que bajar hasta los impresionantes 55º 58', en que se encuentra la punta más austral del mundo, al sur de Chile y Argentina, sólo a un paso de la Antártida, a menos de mil kilómetros. El cabo de Hornos es el único lugar de la Tierra donde la mar pasa de un océano a otro sin encontrar obstáculos. Por ello, y porque el viento rebotad o en la cordillera de los Andes resbala hasta esa única salida, la climatología, incluso con buen tiempo, es infernal. Olas de quince a veinte metros pueden ser normales, y el peligro de los icebergs -o el choque con una ballena, como le sucedió al barco francés Gauloises II, hermano mayor del III, que ahora participará-, de nuevo una preocupación. Una vez pasado el temible cabo, sólo quedará tomar rumbo a Mar del Plata por dentro de las islas Falkland, aprovechando las corrientes de viento ascendentes.Cabe recordar que el nombre de Hornos le viene por ser la ciudad natal, Hoorn, de su descubridor, el holandés Willem Schouten, el cual lo rodeó cuando buscaba un paso más meridional que el estrecho de Magallanes para entrar en «los mares del Sur». En cualquier caso, tanto Magallanes, anteriormente, el 21 de octubre de 1520, como Juan Sebastián Elcano, el primero en dar la vuelta al mundo, o Schouten, hicieron la ruta al revés que los participantes en la regata actual. Y, desde luego, tanto unos como otros rondan siempre la aventura.

La cuarta y última etapa será ya casi un paseo en comparación con las dos anteriores. La más corta, con algo más de 11.000 kilómetros, tendrá los únicos problemas en las habituales encalmadas de viento, en la zona de Ecuador. El Licor 43, como el resto de participantes, saldrá de Mar del Plata el 25 de febrero y se dirigirá quinientas millas al Este para buscar los alisios del Sureste y poder cruzar el ecuador teóricamente sin atrasos, hasta las Azores, donde tomará rumbo al canal de la Mancha y Portsmuth, adonde está prevista la llegada entre finales de marzo y primeros o mediados de abril de 1982. El ganador de la última edición, con nuevo récord, el holandés FIyer, hizo un total de 3.269 horas, o sea, 136 días y cinco horas.

El barco español, pequeño en comparación con otros participantes, se ha fabricado en Cartagena y ha sido diseñado por los ingenieros navales Joaquín Coello, que será el patrón por su ya dilatada experiencia en regatas de altura -decimosegundo en la ruta solitaria del Ron, en 1979, de Saint Malo a Point-de-Pitre-, y Pedro Morales, como el anterior, de la Empresa Nacional Bazán. El resto de la tripulación también será española -escogida, once hombres, entre doscientos aspirantes, tras una minuciosa selección-, pues, por primera vez, un equipo completo se ha lanzado a esta aventura, que va acostar sobre los cuarenta millones de pesetas. El barco se ha llevado casi treinta millones, y el resto lo supondrán innumerables gastos de mantenimiento, alimentación, trabajos en tierra, etcétera. Otros españoles participaron en anteriores regatas alrededor del mundo, enrolados enbarcos extranjeros, pero ya para esta edición otros paises han tratado de nacionalizar los barcos al completo. Es el caso del Ceramco New Zealand, neozelandés, cuyo sistema de financiación es original, al haberse construido mediante accionistas que compraron así trozos del barco. Después de la prueba será subastado y el importe dividido entre sus dueños. Lo normal es encontrar un gran sponsor que pague todos los gastos, pero los sistemas ya son variados, y un ejemplo más es el del Morbihan francés, que lleva el nombre de esta localidad gala. Un grupo de aficionados lo construyó a base de una suscripción popular, así como de organismos oficiales, ayuntamiento, Cámara de Comercio, pequeñas y grandes empresas. En el caso español, aparte de la firma publicitaria, han colaborado organismos oficiales y privados.

Características

Sus características principales, que pueden dar un índice medio entre los participantes, son: 18,27 metros de eslora; 5,13, de manga; veinte toneladas de desplazamiento máximo; 22,17 metros de altura mayor -es un sloop, con un solo palo-; casco, cubierta y caseta de aluminio; depósito con 900 litros de capacidad para agua dulce -dos litros por persona y día-; nevera; calefacción; dieciocho velas principales y otras menores, con un total de 2.437,97 metros cuadrados de superficie; velocidad máxima: unos veinte nudos -37 kilómetros por hora- Como comparación, la fuerza máxima del velero equivale a dieciséis motores de un Seat 127.El barco, botado en noviembre del año pasado en Cartagena, ha estado hasta ahora haciendo pruebas, muy satisfactorias, en el mar. Fue primeramente a Tenerife y cruzó el Atlántico hasta las Antillas, donde ya participó en unas regatas, antes de dirigirse a Puerto Rico, Miami y, finalmente, a Nueva York, antes de regresar a Europa. La novedad más importante estuvo en la designación de Tomás Gallart como el navegante o segundo de a bordo de Coello. Otro de los tripulantes conocido es el santanderino Guillermo López Alonso, compañero de Gorostegui; dos veces campeón de España de snipe y soling en vela ligera; y segundo en la Minitransat solitaria de 1977, entre Tenerife y Antigua.