Derrota del Barcelona en el Teresa Herrera

Un gol supersónico de ardilla Simonsen, en la primera jugada de ataque azulgrana, no le bastó al Barcelona para pasar la prueba del Dinamo de Kiev en el primer partído del Torneo Teresa Herrera. El equipo soviético mereció el triunfo porque fue superior tácticamente a su rival, pero sobre todo evidenció un mayor rodaje, sobre el que asentó su superioridad física.Al arriparo del tanto, el Barcelona quiso dosificar sus esfuerzos, consciente de que se trataba de su primer partido serio, frente a un rival que, tras superar un cierto desbarajuste en los primeros veinte minutos, pasó a dominarle claramente y a mostrar que a veces la lógica también es buena en el fútbol. De no ser por el meta Artola, que quiere poner las cosas difíciles a Urruti, el suplente de Arconada en la selección y uno de los cuatro fichajes millonarios del Barcelona, que no actuaron ayer de salida, el equipo azulglana se hubiese ido ya al descanso con algún gol en contra y no con su engañosa victoria mínima.

Pero si rápido había sido el tanto de Simonsen, no menos fulgurante resultó tras el descanso la reacción de los soviéticos, que le dieron la vuelta al marcador en menos de quince minutos con un fútbol sen cillo, práctico, lento en apariencia, pero con un cambio de ritmo verti ginoso en los últimos metros, que desconcertó por completo al Bar celona. El extremo Buriak quiso ser el juez implacable del choque, y sus dos tantos hicieron buena la superioridad del Dinamo ante un Barcelona que, pese a intentar estirarse tras encajar los dos goles, no pudo ya nivelar el partido y forzar los penaltis. En cierto modo fue el triunfo de un fútbol como el so viético, que lleva ya varios meses de rodaje liguero, mientras que el español, a menos de un año del Mundial, apenas ha echado a an dar con la cursilería de los denominados stages en el exterior.