La RAI conserva en Italia su monopolio informativo
Durante seis años más, la RAI-TV (Radiotelevisión Italiana) mantendrá el monopolio informativo «a nivel nacional». El decreto va a ser firmado por el Ministerio de Correos, que se ha valido de una sentencia del Tribunal Constitucional, que ha sancionado, el jueves pasado, que sólo la RAI-TV tiene el derecho, como ente público y pluralista, a emitir sus servicios informativos a escala nacional.
La polémica había surgido con la televisión privada PIN (primera red independiente), del poderoso grupo editorial Rizzoli, que había empezado, por su cuenta, a lanzar un telediario para todo el Estado.La RAI-TV recurrió contra Rizzoli al Tribunal Supremo, quien ha dado la razón a la RAI contra las argumentaciones de Rizzoli, que se apoyaba en la Constitución. Esta permite a todo ciudadano «la libertad de la difusión del pensamiento».
Sin embargo, se espera que de un momento a otro el Gobierno reglamente oficialmente todo el asunto de las televisiones y radios privadas. Existen una infinidad. En realidad son aún abusivas, pero se toleran en el ámbito local, por lo que se refiere a la información. La RAI se reserva la información nacional. Pero como quien hace la ley hace la trampa, las televisiones privadas, a través de una serie de cadenas en todo el país, transmitían el mismo telediario, hecho, por ejemplo, en Milán, en otras regiones a horas diferentes, cubriendo así gran parte del territorio.
A la RAI-TV se la concede el monopolio de la información nacional a condición de que sea fiel a la reforma de la RAI, que exige toda una serie de condiciones que van desde el pluralismo de la información a la imparcialidad de los periodistas, a la presencia de todos los partidos, a la descentralización regional de la información y a la participación de la sociedad civil a través de programas autogestionados por las diversas instituciones sociales.
La RAI-TV tendrá también el monopolio de los satélites y de la información que llegará del exterior a través de estos satélites.
Las razones que han dado siempre los políticos para conceder a la RAI este monopolio nacional de la información es que puede garantizar mejor que ningún grupo privado, a través del pluralismo interno de sus redacciones, la objetividad de la información.
El monopolio existe también para evitar que se formen multinacionales privadas de la información televisiva de carácter demasiado conservador, ya que sólo potentes grupos financieros podrían asegurar un servicio capaz de cubrir todo el territorio nacional.
Los privados responden que hoy se puede montar una estación de televisión con poco dinero y que esto multiplicaría el pluralismo y la libertad de expresión, mientras la RAI, durante más de treinta años, ha estado el realidad monopolizada por la democracia cristiana, que la usaba a su uso y consumo, sobre todo en los momentos críticos de las consultas electorales o de las tensiones del terrorismo.
El ministro de Correos ha asegurado que se «llegará a un compromiso entre la RAI y las emisoras privadas».
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