Felipe Alcaraz,

secretario general del Partido Comunista de Andalucía, no las tuvo todas consigo a mediodía de ayer, cuando se apagaron las luces del salón donde leía su informe al segundo congreso regional de la organización. La repetición del incidente, ya ocurrido en Barcelona con el propio Santiago Carrillo, terminó también de modo feliz: la luz volvió en pocos minutos. Sin embargo, los delegados que habían leído Asesinato en el comité central, de Vázquez Montalbán, no pudieron evitar alguna que otra pesadilla momentánea a base de Garridos, Fonsecas, Carvallos y otros personajes. El propio Alcaraz indicó más tarde: "Lo primero que pensé fue que el encargado de la luz en el hotel era Vázquez Montalbán, pero luego me tranquilicé pensando que primero querrían matar a Jaime". Broma nada piadosa, por cierto, para Jaime Ballesteros, del ejecutivo del PCE, que también se encontraba en la mesa presidencial.