La muerte de un niño
Ante los diversos artículos aparecidos en la Prensa sobre la muerte del niño Antonio López Ovejero, de trece años, por un policía municipal la noche del día 1 del actual, producida al disparársele el arma cuando procedía a su detención, queremos manifestar:- Rechazamos toda forma de violencia que pueda llevar a situaciones como la ocurrida: la muerte de un menor.
- La tipificación que se le ha dado a Antonio de «delincuente'» sólo es aplicable al individuo que alcanza la mayoría de edad penal (dieciséis años).
- El hurto que estaba cometiendo no es comparable con el fatal resultado de la pérdida de su vida.
- Como menor de edad, el acto, que estaba realizando excedía a su propia imputabilidad. En todo caso, habría que buscar la responsabilidad en aquellos de los que dependía.
- Se ha afirmado: «Delincuente de trece años muerto en un enfrentamiento con la policía». Antonio no estaba muy desarrollado fisicamente por su edad, por lo que cualquier adulto, y más un policía, podría reducirle fácilmente sin necesidad de acudir a las armas de fuego. No obstante, es tarea del poderiudicial esclarecer los hechos.
- Situación personal: Antonio era huérfano de padre, y su madre, por la carencia de medios, tuvo que ingresarle, junto con sus otros hermanos, en un centro interno, recorriendo diversos internados hasta los doce años.
Creció sin la suficiente atención y sin el cariño que todo niño necesita. Como anécdota, al volver un verano de colonias dijo: « Sólo pido un favor, que me lleven a ver a mi madre».
A nivel psicológico, el niño que hurta es consecuencia generalmente por una falta de afecto que padece, no siendo tratado por ningún psicólogo mientras estuvo a cargo de las instituciones públicas.
Desde que estuvo fuera de los internados pasó -según la Prensa- veintiséis veces por la comisaría, dejando de informar que en ninguna de estas veintiséis veces fuese asumido por el Tribunal Tutelar de Menores.
Ante esta triste realidad, sin que podamos hacer ya nada por restituirle la vida ni su desgraciada infancia, pedimos a la sociedad que luche por mejorar las condiciones de vida de los niños marginados, tarea que incumbe a las autoridades, instituciones y familias. Y a la Prensa le recordamos la conclusión 5ª de las III Jornadas Nacionales de Inadaptación Social y Recuperación de Menores:
«Rogarle reconsidere el uso que hace de las noticias relativas a menores marginados, donde con excesiva frecuencia se suponen delitos no probados, se subrayan otros de entidad insignificante, se mencionan antecedentes legalmente no
Pasa a la página 10
Viene de la página 9
presumibles, etcétera. Y amonestar a los órganos competentes de la Administración por el uso indiscriminado que se hace de los medios de comunicación social, en perjuicio de la calidad moral de nuestra infancia». / (Eirene significa paz).
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.