1983

Las elecciones de 1983 hay que ganarlas ahora. En el 83 sería demasiado tarde. Las elecciones de dentro de dos años tiene que ganarlas hoy -ya mismo- la democracia, porque para dentro de dos años faltan dos siglos. He estado en la caseta de Vergés, en el Retiro, firmando libros, y, como a uno ya no le alegra la firma por la firma, me alegraba ver cuánta gente compra lo que uno vende: libertad, liberalidad, un poco de imaginación y un poco de paz. Tengo escrito que cada periódico que se compra es un voto electoral. Cada libro que se le compra a Tierno, a Alberti, a Vizcaíno o a Umbral, también es un voto. Lo dijo una vez Julián Marías, cuando el Régimen, que aquello sí que era un Régimen:-Si de un contexto social se suprime la política, todo el entorno, por reacción, se politiza.

Nos está pasando ahora, otra vez, un poco, con la democracia, vigilada / vigilante. Uno, que sólo vende palabras, imagina estar vendiendo democracia. No he podido ir a Ibiza, al rollo cultura/censura, pero creo que la culturá, como la moda ad/Iib de Ibiza, tiene que ser libre, suelta, ligera, personal, arbitraria, sin distinciones de preceptiva a la manera de Valera/Clarín. Cultura ad/lib es cultura democrática y democracia es vida ad/lib, o sea, la libertad y las elecciones que hay que ganarle a Ynestrillas ahora, porque 1983 está entre nosotros. La puerta que le ha pegado Mitterrand a Reagan, la crisis ucedé (un fuego de campamento que se apaga) y la vuelta de la gente a un socialismo natural, roussoniano/robinsoniano, todo eso es lo que tiene que aprovechar la democracia, el progresismo, el liberalismo, la libertad en libertad, para ganar las elecciones/ 83, que son ya.

Hay muchas maneras de acción cívica, de presencia colectiva, de evidencia comunitaria que, lejos de todo frente populismo pactado, pueden resituarnos como pueblo frente a las tramas negras, las tramas civiles, las otras tramas, los nacionalismos intempestivos y eLseñor Ynestrillas. Hay muchas maneras de ganar ahora las elecciones, para luego. Que no nos ensucien de anilina tóxica el verdeoliva de la oliva ni el verdeoliva de la Guardia Civil. Que Felipe lea un poco a Mitterrand, este verano. Que los jóvenes vírgenes de la nueva política -Garrigues, Tamames, Morodo, Seara, Ordóñez- hagan por fin ,un partido, o lo que sea, porque no están dentro ni fuera de ucedé, y porque ucedé ya no está dentro ni fuera de sí misma. UCD vuelve al mito -Suárez-, como el hombre primitivo, porque a Rodríguez-Sahagún le desbordan los datos. Michèle Gazier, mi traductora al francés, me confiesa que no acaba de entender la Historia de España. Es que en España nos obstinamos en no tener una Historia, Michéle, amor, y encima, para enmogollarnos más, escribimos Dragonteas. Viene Juan Barbero a arreglarme el toldo de la terraza, que está hecho una braga, por las tormentas, y me recuerda viejos tiempos de lucha. Los alemanes, que creen más que nosotros mismos en nuestra democracia, están comprando editoriales y revistas en España. Los polisarios y pro/polisarios, con Bergamín por delante, vuelven a apoyarse en la democracia española para reivindicar su nada de «luna y arena». Nuría Ansón, recién nacida, me invita a su propio bautizo. El padre, Rafansón, que le enseñó a Suárez a dramatizar, debiera enseñarle a Calvo-Sotelo a desdramatizarse.

La derecha/derecha es el eterno retorno que no ha leído a Nietzsche, y está volviendo hasta Ricardo de la Cierva. 1983 es ahora, ya, cuando la ultranza está desgualdrajada ante la opinión, cuando el golpismo trimestral tiene aburrida a la basca, cuando el nacionalpietismo vive en Corpus eternal, en Toledo, con Herrero de Miñón en la Puerta Bisagra, como ángel exterminador con espada de nácar/colunga. El 83 no existe. La utopía es hoy.