Enfrentamiento en UCD por los fracasos en las recientes votaciones parlamentarias
Los fracasos sufridos por UCD en dos importantes votaciones parlamentarias, la del mantenimiento de la cláusula de dureza en la ley de Divorcio, el pasado lunes, y la eliminación, ayer, de los grupos socialistas vasco y catalán, han conducido al malestar interno de UCD, al borde de la ruptura. Las primeras reacciones no se han hecho esperar: el sector democristiano se mostraba ayer claramente partidario de reconvertir a UCD de partido a coalición, de manera muy similar a la formación que concurrió a las primeras elecciones de 1977, y el presidente centrista, Agustín Rodríguez Sahagún, anunciaba la convocatoria de una reunión que tendrá lugar en la segunda quincena de julio, después de la celebración de las asambleas provinciales, con los cabezas de fila de las distintas familias que integran UCD.
A estas dos primeras reacciones hay que añadir otros hechos no menos importantes: las entrevistas mantenidas durante la mañana de ayer por el presidente del Gobierno, Leopoldo Calvo Sotelo, con el ministro de la Presidencia, Pío Cabanillas; con el portavoz parlamentario, Miguel Herrero de Miñón, y con el presidente del partido, para debatir la situación interna de UCD; la suspensión de la reunión que el grupo parlamentario tenía previsto celebrar hoy -alegándose la justificación de que a Calvo Sotelo le iba a ser imposible asistir-, y la primera solicitud de ingresos en Alianza Popular, protagonizada ayer por el parlamentarlo por Ciudad Real Manuel Díaz Pinés, pero «sin ser este un caso aislado», según informaron a EL PAIS fuentes solventes.Otro factor muy significativo de la jornada de ayer en el Congreso fueron las constantes intoxicaciones entre pasillos filtradas por todas las tendencias centristas, llegándose a emplear, en ocasiones, expresiones irreproducibles. Socialdemócratas y suaristas acusaban a los democristianos de haber sido los autores y ejecutores de toda la operación de la votación secreta del mencionado punto de la ley de Divorcio. Según estas versiones, habría sido el propio portavoz del grupo, Herrero de Miñón, quien provocó el carácter secreto de la misma.
Como se recordará, había dos propuestas en este sentido: una primera presentada por UCD solicitando que la votación fuera pública, y otra posterior, avalada por los tres grupos socialistas (del Congreso, vascos y catalanes), en sentido contrario. En estos casos tiene prioridad, porque así lo establece el actual reglamento de la Cámara, la que está apoyada por mayor número de grupos parlamentarios, por lo que el presidente del Congreso, Landelino Lavilla, estimó válida la de los socialistas.
Pero esta misma cuestión ha suscitado graves interrogantes: «¿Cómo es posible que un jurista de la experiencia y preparación de Miguel Herrero no se diera cuenta de que la propuesta de UCD presentaba un defecto de forma, al ser sólo un grupo quien la avalaba?». La conclusión que extraen sus oponentes políticos centristas es muy clara: «Lo hizo a propósito, con el objeto de evidenciar que hay muchos diputados de UCD, socialdemócratas en su mayoría, que se amparan en el secreto para votar con la izquierda». Siguiendo con esta versión, la rentabilidad política de esta operación sería la de que los socialdemócratas no acatan ni la disciplina ni la ideología de UCD.
Pero hay un segundo aspecto que tampoco conviene olvidar: Miguel Herrero asegura que el razonamiento anterior es completamente absurdo, y que la Mesa del Congreso había decidido, a la una de la tarde del lunes, dar prioridad a la propuesta de UCD, es decir, que la votación de la tarde fuera pública. Sin embargo, Landelino Lavilla aseguró a EL PAIS que esto no había sido así, y que él no decidió nada en tal sentido.
La operación política, pues, tiene un oscuro trasfondo en el que unos y otros se desmienten y se acusan mutuamente. Tampoco faltaron los diputados socialdemócratas que iban dejando caer por los pasillos del Congreso que «desde que Miguel Herrero es portavoz de UCD no tenemos más que problemas», ante lo cual, Herrero argumentaba: «¡Ahora resulta que voy a ser yo el que está liando las cosas! Me parece que tienen una caradura tremenda». Y añadía: «O sea, que somos nosotros quiere imponernos y pactamos cosas con la izquierda, en contra de nuestros acuerdos de grupo y de nuestra oferta electoral. Tendría gracia si no fuera tan trágico»
Otros socialdemócratas, rizando el rizo, manifestaron a los medios informativos que en la noche del lunes Oscar Alzaga y Miguel Herrero habían dimitido como militantes de UCD del distrito Centro al que pertenecen, hecho que fue rotundamente desmentido por los interesados.
En el único punto en el que coinciden unos y otros es en el que los democristianos han utilizado la ley de Divorcio como plataforma de lanzamiento político. Esta familia centrista, según sus propias declaraciones, está harta de «callar, asentir y no conseguir poder y, en consecuencia, no defender las ofertas electorales». Consideran que UCD en estos momentos está engañando a sus electores y que es urgente una clarificación interna y la reconversión de UCD en coalición de partidos.
Reuniones en la Moncloa
La derrota centrista en la votación del divorcio y el consiguiente enconamiento entre las dos alas de UCD condujo al presidente del Gobierno a llamar a consulta, ayer por la mañana, a los dirigentes centristas antes mencionados.Tras su conversación con Calvo Sotelo, el presidente de UCD, Agustín Rodríguez Sahagún, manifestó que estaba preocupado por la desviación del voto centrista, que calificó de hecho grave, aunque advirtió que no se deben sacar conclusiones que vayan más allá de lo que suponía el hecho en sí de la propia votación.
El presidente de UCD confirmó asimismo que este tema había sido tratado en la entrevista. Miguel Herrero, por su parte, dijo que no sólo había hablado de este asunto con Calvo Sotelo, pero se negó a añadir nada más, pese a la insistencia de los informadores.
Cuando la situación parecía encauzada tras estas entrevistas, una nueva derrota del Grupo Centrista en el Pleno del Congreso de ayer reavivó nuevamente las tensiones, esta vez con mayor virulencia. El pacto entre el PSOE y UCD, por el que el nuevo reglamento de la Cámara implicaría la desaparición de los grupos socialistas Vasco y de Cataluña, así como del Andalucista, sólo se cumplió en lo referido a este último, por ausencia de 36 diputados centristas.
La interpretación de los dirigentes de UCD es que los socialistas no han cumplido su parte del pacto, porque tendrían que haber compensado la ausencia de diputados centristas. Sin embargo, los sectores socialdemócrata y suarista de UCD acusaron a los miembros del antiguo sector crítico de haber provocado deliberadamente esta nueva derrota para reavivar el conflicto en el partido.
Así, diputados del ala conocida como progresista subrayaron la ausencia en la votación de numerosos parlamentarios del sector crítico, como Oscar Alzaga, Luis de Grandes, Díaz Pinés, Vega Escandón y Joaquín Muñoz Peirats, casi todos democristianos.
Calvo Sotelo: "Los Parlamentos son así"
En esta situación, y mientras los miembros de una y otra tendencia se cruzaban acusaciones. el presidente Calvo Sotelo celebró numerosas consultas con los principales líderes centristas presentes en el Congreso. En un momento de estas conversaciones comentó, delante de los informadores: «Los Parlamentos son así».Dada la situación creada, ayer se decidió aplazar hasta la semana siguiente la reunión que hoy por la mañana tenía previsto celebrar Calvo Sotelo con el Grupo Parlamentario de UCD, en la que se habrían planteado estos problemas.
Asimismo, es posible que el viernes próximo se reúna la ejecutiva del partido. Sin embargo, fuentes de la dirección de UCD manifestaron ayer tarde que la reunión aún no está convocada, e incluso es posible que no se celebre, lo que ofrece una idea bastante clara de la tensa situación interna vivida en estos momentos por el partido del Gobierno.
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