Créditos privilegiados a las "pymes" y apoyo al empleo juvenil
El Gobierno de Pierre Mauroy, en Consejo de Ministros presidido por el presidente François Mitterrand, aprobó ayer el tercer paquete de medidas sociales y económicas destinadas a favorecer el empleo de unos 600.000 jóvenes y a incitar el relanzamiento económico, con ayudas a la tesorería de las grandes empresas y facilidades de crédito para las pequeñas y medianas (pymes). En estos mismos momentos, el paro aumenta de manera vertiginosa y las perspectivas globales que se le ofrecen al primer Gobierno socialista son sombrías.En cada uno de los tres primeros consejos de ministros del septenio, sin pérdida de tiempo, el Gobierno Mauroy ha lanzado una serie de medidas económicas y sociales que no pueden considerarse como un verdadero plan de relanzamiento. Se trata más bien de un balón de oxígeno, en parte electoral, y que, por otra parte, «nos permite seguir tirando», según expresión oficial.
Las primeras decisiones, puramente sociales, concernían especialmente al aumento del 10% del salario mínimo del millón largo de obreros que cobraban alrededor de 28.000 pesetas mensuales. El segundo paquete establecía la creación de 54.200 empleos en la función pública, financiados con cargas fiscales suplementarias. Y ayer, por fin; para completar este preámbulo de su política económico-social, el Gobierno adoptó medidas específicas de relanzamiento y de nuevas creaciones de empleos.
Medidas de relanzamiento
Dos tipos de decisiones fueron aprobadas por el Consejo de Ministros para incitar a las empresas a la inversión, que desde hace varios meses cede terreno peligrosamente.En primer lugar, el Estado les concederá a las pequeñas y medianas empresas (pymes) principalmente préstamos a Intereses relativamente privilegiados del 12,75% (actualmente la tasa normal es del 20%). Por otra parte, a las firmas que pasan momentáneamente por un mal momento de tesorería, excepcionalmente, el Estado les concederá créditos excepcionales distribuidos que alcanzarán la cifra de 17.000 millones de francos (300.000 millones de pesetas).
El Gobierno solicitará préstamos en el mercado internacional de capitales para financiar a las firmas francesas. Estas ayudas sólo beneficiarán a las empresas consideradas «sanas» que pasan por momentos difíciles, es decir, las que exportan, o las relacionadas con la energía, el empleo y la informática.
El segundo tipo de medidas adoptadas ayer por el Gobierno conciernen al empleo. Más concretamente se trata de las «medidas para la inserción profesional de los jóvenes», que afectarían a más de 600.000 desempleados menores de veinticinco años. Prácticamente esas «medidas de inserción» son muy parecidas a las que definían los «pactos nacionales por el empleo» que durante los tres últimos años practicó el Gobierno giscardiano. Los socialistas habían anunciado otras intenciones respecto al empleo de los jóvenes pero de momento se contentan con perfeccionar el sistema ideado por el ex primer ministro Raymond Barre, consistente en desgravar fiscalmente a las empresas que bajo ciertas condiciones admitan a los jóvenes como trabajadores o para iniciar una formación profesional.
Ayer, las estadísticas oficiales anunciaron un aumento importante del paro en este país. Cerca de 1.800.000 franceses buscan trabajo en estos momentos, lo que representa un 22% de aumento respecto a mayo de 1980. El desempleo, la parálisis parcial de la economía y la desconfianza que aún no han superado los medios financieros, en vísperas de la época veraniega, le auguran al primer Gobierno socialista un trabajo nada fácil.
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