El presidente del Gobierno ha abortado la operación de "la gran derecha"
El comunicado del Comité Ejecutivo de Unión de Centro Democrático (UCD), emitido en la noche del lunes, y en el que se reafirmaba la voluntad del partido del Gobierno de mantener su carácter de «centro, reformista, progresista y abierto a los cambios», ha sido recibido de distinta manera, según la adscripción ideológica de los diputados centristas. Una nota común se observaba, sin embargo, en las posturas discrepantes: todas las familias que integran UCD quieren ganar para su causa a la figura del presidente del Gobierno, Leopoldo Calvo Sotelo. Así, algunos dirigentes social demócratas y suaristas afirmaban ayer en los pasillos del Congreso de los Diputados su convencimiento de que Calvo Sotelo ha abordado la opción de la gran derecha (coalición de UCD con AP, propuesta por Fraga y los democristianos) y que se ha pronunciado por una UCD acudiendo en solitario a las urnas, lejos de Coalición Democrática. Estos basaban sus afirmaciones en la breve comparecencia del presidente del Gobierno a la reunión del Comité Ejecutivo del lunes, en la que dijo escuetamente:«UCD debe seguir siendo un partido de centro». Estas palabras de Calvo Sotelo, unidas a las declaraciones de Rodríguez Sahagún, en el sentido de que el presidente converge ideológicamente con lo expresado por el Comité Ejecutivo, «socialdemócratas incluidos», han servido a los sectores citados como argumentos para su tesis de que Calvo Sotelo ha optado finalmente en contra de la gran derecha.
El gol de Rodríguez Sahagún
Sin embargo, los democristianos afirmaban lo contrario: Calvo Sotelo se encuentra ahora, según ellos, visiblemente molesto porque hayan interpretado sus palabras como una toma de postura en contra de la opción gran derecha, propuesta por Oscar Alzaga y apoyada por el portavoz del grupo parlamentario, Miguel Herrero de Miñón. Y añadieron: «Rodríguez Sahagún le ha metido un gol al presidente, al afirmar que éste suscribe la totalidad del comunicado, redactado precisamente después de que Calvo Sotelo se marchara de la reunión. Rodríguez Sahagún, lógicamente, desmintió esta supuesta operación, al tiempo que insistía en que la compenetración entre el partido y el Gobierno es total. La persona más próxima ideológicamente al presidente del Gobierno que se hallaba ayer en el hemiciclo era el titular de Obras Públicas y Urbanismo, Luis Ortiz, quien tampoco contríbuyó a aclarar la cuestión: «Calvo Sotelo», dijo, «es un independiente, y como tal no está actualmente ni a favor ni en contra de la gran derecha. En último caso, optará por lo que considere que es mejor para el partido».
La guerra, pues, continúa en el seno del partido del Gobierno, pese a la rotundidad del comunicado del lunes, claramente desfavorable para los democristianos.
Estos se mostraron ayer muy cautos en sus declaraciones. El principal promotor de la gran derecha, Oscar Alzaga, no apareció por las Cortes, mientras que Herrero de Miñón declaró que no se sentía descalificado por el Comité Ejecutivo de su partido: «En absoluto», dijo, «porque no creo que el Comité Ejecutivo se refiriese a mi humilde persona en la medida en que mis cualidades políticas, si es que las tengo, no proceden de este Comité Ejecutivo», y declinó seguir hablando del tema.
El también democristiano Luis Vega Escandón, por su parte, afirmó: «En este momento dicen que quieren ir en solitariu a las elecciones. Si las encuestas electorales continúan dando resultados negativos para UCD, ya veremos si siguen pensando lo mismo a la hora de acudir a las urnas. Yo creo que lo más prudente sería ir en coalición con AP». El diputado por Ciudad Real Manuel Díaz Pinés añadió que en su provincia se apoyaba masivamente propuesta de Alzaga, de la que él es firme partidario, y manifestó que el actual Comité Ejecutivo de UCD no representa la verdadera situación del partido.
El secretario general de UCD, Rafael Calvo, reconoció ayer a EL PAIS que efectivamente los sondeos electorales demuestran que UCD cuenta ahora con menor apoyo popular que en las elecciones pasadas; «pero de aquí a 1983», dijo, «todavía hay tiempo para cambiar estos resultados sin necesidad de ir en coalición con nadie». Quienes sí restaron ambigüedad a sus posturas y se pronunciaron firmemente partidarios del comunicado del Comité Ejecutivo fueron Rodolfo Martín Villa y Pío Cabanillas.
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