El escándalo de la logia masónica fuerza la dimisión del director del "Corriere della Sera"
Franco di Bella, implicado en la logia Propaganda 2, ha dejado temporalmente la dirección del Corriere della Sera, el primer diario del país. Este periódico, que pertenecía a la potente editorial Rizzoli, ha sufrido en las últimas semanas una dura crisis, porque el 40% de sus acciones habían sido compradas, sin que supiera nada la redacción, por un personaje muy ambiguo: Roberto Calvi, presidente del Banco Ambrosiano.La operación de compra la hizo Calvi por mediación de la financiera La Centrale. Pocos días después, Calvi ingresaba en la cárcel acusado de tráfico ilegal de divisas. Entre los periodistas del Corriere della Sera se ha levantado un polvorín, ya que se hablaba de que incluso Rizzoli ya no posee la propiedad del diario de Milán.
El escándalo de la logia masonica Propaganda 2, en cuyas listas, con asombro de todos, figuran el propietario de la Editorial Rizzoli y Franco di Bella, director del Corriere della Sera. Este último hizo una autocrítica confesando su ingenuidad al haberse dejado embaucar por un personaje como Gelli. Pero no le bastó. La tensión iba subiendo en el diario.
El famoso escritor Enzo Biaggi, uno de los colaboradores más prestigioso del Corriere della Sera, obligó al director, bajo la amenaza de abandonar el periódico, a publicar una carta en la cual prácticamente pedía su dimisión. Ya semanas antes, la firma de más prestigio del diario, Leonardo Sciascia, había dejado Corriere della Sera, pasando a Il Messaggero, de Roma.
Ahora, la propiedad del importante diario ha anunciado que nombrará a un hombre de alto prestigio cultural y moral para que dé su parecer acerca de las nuevas candidaturas que serán presentadas para la elección del nuevo director. Esto mismo indica que, en realidad, la retirada de Di Bella no es tan temporal como podría parecer.
Con Di Bella, el famoso periódico había superado la tirada de 700.000 ejemplares diarios, pero simultáneamente dio un vuelco ideológico. Con el anterior director, Piero Ottone, el Corriere se mantuvo en línea progresiva y de centro izquierda. Con Di Bella pasó a una postura centrista, y últimamente se estaba enfrentando a toda la izquierda.
Polémica DCPC
En el campo político, la noticia más grave es la afirmación del secretario general de la Democracia Cristiana, Flaminio Piccoli, que «dentro de quince días saldrá una lista nueva de implicados en la logia P-2, con nombres comunistas». La respuesta del partido comunista ha sido inmediata durísima. Piccoli ha sido acusado de usar métodos clásicos de la Mafia, y se le pide que, «si tiene pruebas, debe entregarlas inmediatamente a la magistratura». Se está intentando, afirman los comunistas, echar fango sobre el único partido que, junto con los radicales y la nueva izquierda, no se han manchado en «esta fea cuestión de la P2».Probablemente, a los democristianos les ha dolido la res puesta del secretario comunista, Enrico Berlinguer, que declaró después de su encuentro con Forlani, durante las negociaciones para formar nuevo Gobierno: «Ni Forlani nos ha pedido entrar en el Gobierno ni nosotros queremos colaborar de ningún modo con el señor Forlani.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.