Debate sobre Cervantes en "La clave"
El programa La clave dedica su emisión de hoy a un debate sobre la figura y obra de Miguel de Cervantes. Los participantes en el debate polemizarán, inevitablemente, sobre la controvertida adaptación que Televisión Española hizo del autor del Quijote. La superproducción dirigida por Alfonso Ungría y supervisada por el académico Camilo José Cela, cuyo séptimo capítulo se emite el próximo lunes, ha sido objeto de los juicios más dispares, sobre todo en lo que se refiere a la historicidad del tratamiento biográfico del telefilme.
Daniel Sueiro, uno de los guionistas de la serie, ha manifestado a EL PAIS: «La calidad y dignidad del relato, desde el punto de vista cinematográfico, me parecen apreciables. En cuanto coautor de los guiones, he de señalar que la realización se separa, en ocasiones, de lo que nosotros habíamos escrito. Algunos pasajes cuya historicidad es dudosa aparecen como ciertos en la serie. Este problema era resuelto en el guión, con las intervenciones de Camilo José Cela, que presentaba aquellos hechos como dudosos y ofrecía al telespectador las claves para su interpretación».«Estos puntos débiles, sobre todo para los más eruditos y exigentes, los hemos tratado», prosigue Sueiro, «como hipótesis dramáticas de trabajo. Cuando no había documentos que avalasen una línea inequívoca, optamos por una solución que fuese lo más coherente con la vida y época de Cervantes. Entre estos hechos dudosos figuran la intervención soterrada de la Inquisición y la localización de los restos de Cervantes. El encuentro con Mateo Alemán lo hemos falseado, porque es casi seguro que no haya ocurrido como se presenta en la serie, pero creo que Cervantes nos habría permitido esta licencia porque era muy tolerante. También es probable, y comprensible, que el realizador haya querido sacar rentabilidad a aquellas escenas de mera transición, pero que requerían gran despliegue de medios. Las transforma, por tanto, en escenas de peso, en detrimento de otras menos espectaculares, pero que hubieran intensificado la acción dramática y contribuido a clarificar la lectura del relato».
«Yo no he visto la serie en su totalidad. Vi el primer episodio y me parecio completamente novelesco, casi absurdo. Me desagradó, perdí interés y sólo vi después algunos fragmentos», afirma Alberto Sánchez, profesor de Literatura en el Instituto Cervantes y director de la revista Anales Cervantinos, publicación del Consejo Superior de Investigaciones Científicas y uno de los especialistas que intervienen hoy en el debate. «Emplear a Cervantes para hacer un folletín me parece muy deprimente. Los ingleses no hubiera hecho eso con Shakespeare, ni los alemanes con Goethe, ni los rusos con Tolstoi. Las hipótesis se dan como hechos seguros y, por eso, la historicidad de la serie es casi nula. Es probable que funcione como entretenimiento pero, entonces, hubieran debido elegir a otro personaje. Cervantes, además de ir con mujeres, hacía otras cosas muy importantes».
Alberto Sánchez no fue consultado para la elaboración de los guiones, si bien fue requerido por las televisiones británica (BBC) y francesa para programas sobre temas cervantinos. En su opinión, el telefilme infantil de dibujos animados Don Quijote de la Mancha, producido por Cruz Delgado-Romagosa, «es una serie mucho más correcta, aun dentro de los límites que conlleva el hecho de que vaya dirigida a una audiencia infantil».
«Sólo he visto dos episodios y no tengo elementos de juicio para opinar», señala por su parte Martín de Riquer, uno de los más importantes cervantistas de la Real Academia de la Lengua Española. «Pero los inquisidores que salían me parecieron muy raros, como si se pretendiera dar la imagen de un Cervantes de izquierdas».
Autocrítica de Ungría
«Estoy muy contento porque la polémica que ha despertado la serie mé parece muy refrescante», comenta el realizador Alfonso Ungría. «Creo que es positivo presentar a nuestros ídolos, que siempre han sido intocables como las estatuas de piedra, en su dimensión humana, porque los.aproxima a la gente. Que fuerán capaces de realizar grandes obras pese a sus lógicos defectos y miserias humanas resulta reconfortante. «No soy un cervantista, pero procuré enterarme lo más posible y leí toda la documentación complementaria al guión, que fue escrito por personas expertas en el tema».Intervendrán en el debate además del realizador y de Alberto Sánchez, el académico Guillermo Díaz-Plaja, el profesor Leandro Rodríguez, el crítico teatral Enrique Llovet y Angel Ligero Móstoles, biógrafo de Cervantes.
Se emite previamente la película El Quijote, de Rafael Gil (1948), una de las escasas aportaciones filmográficas españolas, y no precisamente de las mejores, a pesar del esfuerzo de la época.
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