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Reportaje:

La Copa de Europa nació como réplica a la bravata de un periodista ínglés

La Copa de Europa, cuya vigésimo sexta final se disputa mañana entre el Madrid y el Liverpool, nació como consecuencia de una bravata de un periodista inglés. Santiago Bernabéu, el húngaro Gustav Sebes y los franceses Gabriel Hanot y Ernst Bedrignan fueron los hombres que en su momento supieron ver el interés que una competición así podría tener y que la lanzaron. Desde entonces, el Madrid ha ganado seis títulos; el Ajax y el Bayern, tres; Benfica, Inter, Milán, Liverpool y Nottingham, dos, y Celtic, Manchester y Feyenoord, una cada uno.

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El Madrid sale hoy hacia París

El 15 de diciembre de 1954, un periodista escribía en las páginas del Daily Mail que había que considerar oficiosamente al Wolverhapton Wanderers como oficioso campeón de Europa después de sus triunfos sobre el Spartak de Moscú y sobre el Honved en partidos amistosos. El Honved poseía el equipo más poderoso del momento y surtía de sus figuras a la temible selección húngara, que durante años arrasó a todos sus rivales con un solo fallo: la infortunada derrota ante Alemania en la final del Mundial de Suiza.Desde las páginas de L'Equ¡pe Gabriel Hanot contestó al colega inglés señalando que era prematura la catalogación de los Wolves como mejor equipo del continente, pero recogió la idea de decidir quién tenía derecho a ser así considerado, y propuso la creación de un torneo entre los mejores equipos europeos. Una posterior reunión en París del propio Hanot con Bernabéu, el húngaro Sebes y el francés Bendrignan terminó de redondear la idea.

Las organizaciones internacionales UEFA y FIFA no intervinieron en principio en la idea, pensando quizá que fracasaría, pero cuando comprendieron que el proyecto estaba próximo a cuajar se decidieron a intervenir. La FIFA se reunió el 17 de mayo de 1955 y puso tres condiciones para aceptar la copa: 1) que los clubes fuesen autorizados a participar por sus respectivas federaciones nacionales, 2) que la competición fuese organizada bajo la autoridad de la UEFA; 3) que la palabra Europa fuese reservada para competiciones entre selecciones nacionales. Los organizadores aceptan las condiciones, y la Copa de Europa nace con el nombre de Copa de Clubes Campeones Europeos. El 21 de mayo, la UEFA acoge en su seno la competición y decide explotar esta idea, nacida fuera de su seno.

Primera final, en París

El primer partido se disputó el 4 de septiembre en Lisboa, entre el Sporting y el Partizan. Los 30.000 espectadores que acudieron al encuentro confirmaron que el torneo interesaba. El Madrid, que tuvo su primer rival en el Servette suizo, debutó fuera.

El 13 de junio de 1956 se enfrentan en París los dos finalistas, que han llegado por distintos caminos: el Stade Reims, tras dejar fuera al Aarhus, Voros Lobogo e Hibernian, y el Madrid, que hizo lo propio con el Servette, el Partizan y el Milán. Los ingleses no concurrieron a la Copa, que decidieron, en principio, mirar con indiferencia. Tampoco participaron los campeones de varios países del Este, que tenían el problema de la larga pausa invernal. Las alineaciones de la final fueron:

Real Madrid: Alonso; Atienza II, Marquitos, Lesmes; Muñoz Zárraga; Joseíto, Marsal, Di Stéfano, Rial y Gento.

Stade Reims: Jacquet; Zimmy, Jonquet, Giraudo; Leblond, Siatka; Hidalgo, Glowacki, Kopa, Bliard y Tremplin.

Marcó pronto dos goles el Stade Reims, con Leblond y Tremplin. Antes del descanso, el Madrid había empatado, por medio de Di Stéfano y Rial. Nada más comenzar la segunda parte, Hidalgo adelantó de nuevo a los franceses. Empató Marquitos y, finalmente, Rial consiguió el gol del triunfo.

Entran los ingleses

La final fue apasion ante y ratificó el éxito de la competición, hasta el punto de que al año siguiente deciden inscribirse los ingleses, que envían al poderoso Manchester United, poco después roto trágicamente en un accidente de aviación. También se inscribe el Honved, pero cae a la primera ante el Athiétic de Bilbao. El Honved no pudo jugar el partido de vuelta en Budapest, por la entrada de los soviéticos, y lo hace en Bruselas. Desde entonces, el equipo no regresa más a su patria, y vive durante algún tiempo de hacer exhibiciones, hasta que se deshace. Puskas llegará después al Madrid, y Kocsis y Czibor, al Barcelona. Ellos eran, con el medio Boszik y el portero Grosics, las grandes figuras de este equipo. Por su parte, el Manchester cae ante el Madrid, en una de las eliminatorias más recordadas. El Madrid eliminó en esta Copa al Rapid de Viena, Niza y Manchester United, para vérselas con la Fiorentina en el Bernabéu. Estaba decidido, en principio, que la final se jugase cada año en el campo del equipo vencedor, pero la repetición de título por parte del Madrid hizo que se variase la idea. La segunda final se juega el 30 de mayo de 1957, con estos equipos:

Real Madrid: Alonso; Forres, Marquitos, Lesmes; Muñoz, Zárraga; Kopa, Mateos, Di Stéfano, Rial y Gento.

Fiorentina: Sarti; Magnini, Orzan, Cervato; Scaramucci, Segato; Julinho, Gratton, Virgili, Montuori y Bizarri.

Al descanso se llega sin goles. En la segunda parte, una colada de Mateos termina en penalti, que transforma Di Stéfano. Más tarde, Pento, en espectacular escapada, marca el 20.

Aumenta la participación

Si en la primera Copa se inscribieron dieciséis equipos, en la segunda ya hubo veintidós, y en la tercera, veinticuatro. La tercera tuvo la final más célebre, por la calidad de juego. Llegaron a ella el Milán, que dejó fuera a Rapid de Viena, Glasgow Rangers, Borussia, de Dortmund y Manchester Un¡ted, y el Madrid, que eliminó al Royal Antwerp, Sevilla y Vasas. Se enfrentan el 28 de mayo de 1958 en Bruselas, con estos equipos:

Real Madrid: Alonso; Atienza II, Santamaría, Lesmes; Santisteban, Zárraga; Kopa, Joseíto, Di Stéfano, Rial y Gento.

Milán: Soldan; Fontana, Maldini, Berlado; Bergamaschi, Radice; Dánova, Lidholin, Schiaffino, Grillo y Cucchiaroni.

Marca por delante Schiaffino, empata Di Stéfano, adelanta Grillo a los italianos, empata Rial y hay que ir a la prórroga. En el segundo tiempo de la misma, Gento marcael 3-2 definitivo para el Madrid.

En la cuarta edición son veintiocho los participantes. El Stade Reims vuelve a estar en la final, tras eliminar a Newtonards, Standandard de Lieja y Youna Boys, y también el Madrid, que deja fuera al Besiktas, Wiener Sport Club y Atlético de Madrid. Juegan en Stuttgart, el 3 de junio de 1959 con estos equipos:

Real Madrid: Domínguez; Marquitos, Santamaría, Zárraga; Santisteban, Ruiz, Kopa, Mateos, Di Stéfano, Rial y Gento.

Stade Reims: Colonna; Rodzik Jonquet, Giraudo; Peverne, Leblond; Lamartine, Bilard, Fontaine, Piantoni y Vincent.

Marca Mateos, que después falla un penalti, y al empezar el segundo tiempo Di Stéfano consigue el segundo gol. El Madrid gana 2-0 sin que el partido le presente excesivas dificultades.

Con la quinta termina la racha

En la quinta, el Madrid elimina sucesivamente al Jeunesse D'Esch, Niza y Barcelona, para llegar a la final ante el Eintracht de Frankfurt, que ha dejado fuera al Palloseura, Young Boys, Wiener y Glasgow Rangers. Juegan en el Hampden Park de Glasgow, el 18 de mayo de 1960, con estas alineaciones:

Real Madrid: Domínguez: Marquitos, Santamaría, Pachín; Vidal, Zárraga; Canario, Del Sol, Di Stéfano, Puskas y Gento.

Eintracht Frankfurt: Loy; Lutz, Figendrocht, Hoefer; Wessvaecher, Stinka; Kiress, Lidner, Stein, Pfaff y Meier.

Se adelantan los alemanes con gol de Kress, y poco después meten un tiro al palo que pudo poner en serio peligro al Madrid. Pero Di Stéfano, con dos goles, da la vuelta al partido. Después llegarán los cuatro de Puskas, uno de penalti, antes de que el Eintracht marque su segundo, por medio de Stein. A éste le sigue el séptimo madridista, obra de Di Stéfano, y poco después repite Stein. Total, 7-3.

En la siguiente edición, el Madrid cae ante el Barcelona y se corta su racha. Un año más tarde llegará otra vez a la final, ante el Benfica, pero tras ir 2-0 y 3-2 por delante pierde 5-3 ante el equipo del fenomenal Eusebio. El Madrid perdió esta final con estos hombres: Araquistain; Casado, Santamaría, Miera; Felo, Pachín; Tejada, Del Sol, Di Stéfano, Puskas y Gento. Puskas marcó los tres goles.

En la octava edición, el Anderlecht, sorprendentemente, empata a tres en el Bernabéu gracias a dos goles de última hora, y en Bruselas gana 1-0, con el portero, Vicente, lesionado, y Zoco en la meta en los últimos minutos. Y en la novena se cierra el ciclo de Di Stéfano cuando llega a la final, en Viena, y pierde ante el Inter de HH y Luis Suárez. La victoria italiana por 3-1 provocará la marcha del club del genial Di Stéfano, el hombre sobre el que se construyó toda esta larga etapa gloriosa. Juegan esta final por el Madrid: Vicente; Isidro, Santamaría, Pachín; Muller, Zoco; Amancio, Felo, Di Stéfano, Puskas y Gento.

Los ye-yes reconquistan la copa

Dos años más tarde, un Real Madrid rejuvenecido, en el que ya sólo queda Gento como solera del viejo equipo, se presenta en Bruselas para jugar contra el Partisan la final de la undécima copa. Para llegar eliminó, sucesivamente, a Feyenoord, Kilmarnock, Anderlecht e Inter, dos veces campeón entonces. El Partizán dejó fuera al Nantes, Werder Bremen, Spartak de Praga y Manchester United. El partido se juega el 11 de mayo de 1956, con estas alineaciones:

Real Madrid: Araquistain; Pachín, De Felipe, Sanchís; Pirri, Zoco; Serena, Amancio, Grosso, Velázquez y Gento.

Partizán: Soskic; Jusufi, Rasovic, Vasovic; Mihailovic, Kovacevie; Becejac, Bajic, Hasanagic, Galic y Pirmajer.

A poco de empezar la segunda parte, Vasovic, de cabeza, adelanta al Partizán, pero poco más tarde empata Amancio en brillante jugada, y a poco del final, Serena agarra un zurdazo tremendo que se cuela por la escuadra.

Desde entonces hasta hoy, el Madrid no ha repetido título, ni siquiera ha vuelto a estar en la final, a pesar de que sólo ha faltado a cinco de las veintiséis ediciones del torneo celebradas hasta ahora.

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