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Tenis

Emerson, en maestro, ganó el Torneo de Legendarios

Roy Emerson, el hombre que puso sello de oro al tenis australiano, se proclamó vencedor del Torneo de los Legendarios, que se disputó en el Club de Tenis Chamartín, al ganar en la Final al surafricano Cliff Drysdale por 6-1 y 6-1, ante el asombro de propios y extraños. Emerson lo bordó y no dio ninguna opción a su rival, que aceptó deportivamente su derrota, incluso con buen humor. Su comportamiento fue muy aplaudido por el público. Ayer no había forma de ganar al monstruo australiano.En la Final de dobles, Drysdale y Taylor se impusieron a la pareja española Santana-Gimeno por 6-2, 6-7 y 6-3. Pese a que los seis reflejen clara ventaja para los vencedores, hay que señalar que se pudo ver un tenis de magnífica factura y de gran calidad por parte de unos y otros. Santana no pudo en esta ocasión contar con el apoyo de Gimeno, que hizo un tenis muy blando, lo que facilitó enormemente el juego en la red de Drysdale.

Al margen de lo que sucedía en la pista, hay que destacar la presencia de Adolfo Suárez, ex presidente del Gobierno, al que, como a todos los que entraban en el recinto del club, le fue entregada en la calle una nota de los comités de empresa de Arlita y Altamira en la que se censuraba claramente a Bankunión por los despidos hechos en dichas empresas. Bankunión es el patrocinador del torneo y a cuyo grupo corresponden estas empresas. Ni la entrega de la nota ni la pancarta que colocaron enfrente del club, en la que se hacía alusión al problema, ocasionaron el más mínimo altercado.

Roy Emerson rompió con todo: con el tenis de antes, con el de ahora y con los pronósticos que, por razones de edad, señalaban a Drysdale como favorito. Ocurre que con el tenis que lució ayer Emerson es imposible competir. Al margen de su prodigroso revés, está su serenidad, su equilibrio y su situación en la pista. No sólo ganó, sino que hundió a su rival, al que «sacó de la pista».

Final de dobles

En la final de dobles, tras un primer set de claro dominio de la pareja Drysdale-Taylor, Manolo Santana -que al final salvó él solito tres match-ball- levantó, una vez más, al público de los asientos con golpes que nadie podía esperar. Santana y Gimeno tardaron en entrar en juego. El tenis blando de Gimeno, en día poco afortunado, puso en situaciones comprometidas a Santana, que por la mañana se impuso a Fred Stolle en el tie break (8-6), tras ganar el primer set por 7-5 y perder el segundo por 0-6. Santana, al ver que no podía vencer en ese segundo set, administró fuerzas y se la jugó en el tie break.

El balance del torneo hay que calificarlo de positivo, no porque hayan acudido muchos aficionados a las pistas. pero sí porque los que lo han hecho han podido degustar un tenis de primerísima calidad, que trajo nostalgia por un lado y alegría y pena por otro al tenis español, quizá al tenis mundial. Una cosa es buscar el tanto y otra esperar el fallo del rival.

Volvió a quedar en evidencia que los muchos dólares que se mueven ahora en el tenis mantienen a los jugadores en el fondo de la pista.

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