El Castilla, lejos del equipo revelación de la pasada temporada
El Castilla copero de este año no podrá remontar la gesta conseguida en el torneo la pasada temporada. La eliminatoria de los octavos de final'quedó prácticamente decidida ayer en el partido de ¡da. Y no es que el rivel tuviera mayor talla que los que el Castilla dejó atrás hace ahora un año -Athlétic, Real Sociedad y Spórting, entre otroses que el conjunto madrileño sólo practicó ayer a ráfagas el brillante juego que le llevara a ser en la anterior campaña el equipo revelación.El Barcelona comenzó a jugar con grandes precauciones. Cinco hombres en la defensa, que casi siempre fueron seis, pues fueron contadas las ocasiones en que Schuster abandonó su propio campo. Fue precisamente este jugador quien inmovilizó al equipo azulgrana -en su descargo cabe que venía de jugar con la selección de su país- y sólo cuando fue sustituido el Barcelona fue claramente superior al Castilla.
El acierto del Barcelona fue marcar dos goles en las tres veces que durante el primer cuarto de hora se acercó a la meta contraria. Frenó así los ímpetus del Castilla, que ya en el primer minuto dispuso de una buena oportunidad por la fogosidad de Lucas y Ortiz. Con ventaja en el marcador, los azulgranas se emplearon con el mínimo esfuerzo sobre el campo, esperando que los jugadores rivales se desfondaran, pues el único peligro que creaban era con el corazón; el preciosismo, que también lo intentaron, nunca fue culminado con acierto.
Resultó clave para que el Barcelona saliera dignamente del Bernabéu que Schuster no jugara en la segunda parte. Martínez dio al conjunto el empuje que precisaba, al igual que después hiciera Ramírez, y el equipo supo replicar adecuadamente al Castilla cuando éste se adelantó en el marcador de manera inesperada, pues su juego no mejoró al desarrollado antes del descanso. Los hombres libres del Barcelona, Alexanco y Miguelí, comenzaron a cruzar el medio campo numerosas veces, y los laterales llevaron el balón hasta la línea de fondo. Los azulgranas marcaron tres goles en esta fase y desperdiciaron otras tantas ocasiones -en una de ellas Sinionsen disparó al larguero-, aprovechándose de un mejor desmarque frente a un rival al que las fuerzas, prácticamente su única arma, se le iban por momentos. Al final, incluso el resultado fue corto para el Barcelona.
El Barcelona tuvo la virtud de crear espectáculo en la segunda parte. Sus jugadores se fueron creciendo según transcurría el encuentro, y al término del mismo incluso resultaron aplaudidos, especialmente Simonsen, que durante los noventa minutos fue el jugador que con mayor clase, y a veces hasta coraje, se empleó.
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