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El yerno de los marqueses de Urquijo, presunto autor del doble asesinato

Rafael Escobedo Aldáiz, de veintiséis años, ex yerno de los marqueses de Urquijo, ha sido detenido por la policía como presunto autor de la muerte de éstos, en la madrugada del día 1 de agosto del año pasado, según supo ayer EL PAIS en fuentes contrastadas y de solvencia.Rafael Escobedo Aldáiz inició los estudios de Derecho, sin llegar a terminarlos. En las fechas del asesinato de los marqueses de Urquijo tenía subarrendado un bar, negocio montado por él algún tiempo antes.

Rafael Escobedo se había casado con Mirian de la Sierra y Urquijo, hija mayor de los marqueses, unos dos años antes de la muerte de éstos. La relación matrimonial derivó en una incompatibilidad de caracteres, según la denominaría Mirian de la Sierra, que llevó a la pareja a la separación, aproximadamente unos cinco meses antes del doble asesinato. Al iniciarse los trámites de la separación legal, «se vio que podía solicitarse la anulación del matrimonio en virtud de varios aspectos», y se siguió este camino legal, según explicó a este periódico Mirian de la Sierra. En las diligencias policiales, que presentan ante la autoridad judicial correspondiente a Rafael Escobedo como el presunto autor del doble homicidio, se señala, al parecer, como móvil del delito el interés económico.

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El móvil de los asesinatos pudo ser el deseo de Escobedo de acceder a la herencia de los marqueses de Urquijo

Viene de primera páginaSegún informaciones fiables Rafael Escobedo habría pretendido acceder a la herencia de los marqueses, en la posibilidad de que pudiera beneficiarse del carácter de bienes gananciales de su matrimonio. La herencia fue calculada en unos doscientos millones de pesetas, además de dos casas, la de Somosaguas (Madrid), de tipo residencial, donde fueron asesinados, y la de Soto grande (Cádiz), típica de urbanización turística. Sin embargo, en relación con el posible móvil del delito, parece existir una contradicción, por cuanto, según afirmó en su momento Mirian de la Sierra y reiteró anoche a este diario, en el matrimonio Escobedo-De la Sierra se había hecho separación de bienes. Al preguntarle anoche a la hija de los marqueses de Urquijo por la confirmación de la detención de su ex esposo, manifestó que no podía decir nada al respecto, porque «nadie me ha comunicado nada oficialmente en tal sentido».

Las informaciones recogidas por EL PAIS sobre la detención aludida señalan que ésta se ha producido después de una investigación iniciada con el hallazgo de unos casquillos de bala en la Federación Nacional de Tiro, los cuales parecían corresponder a las mismas características técnicas de las disparadas contra los marqueses de Urquijo.

Tras el doble asesinato, la policía tomó declaración a Rafael Escobedo, en dos ocasiones, en los primeros días de la investigación. Este, poco después, declaró que se consideraba descartado como sospechoso, así como que no entendía de armas. La policía había retirado del domicilio paterno de Rafael Escobedo algunas armas para efectuar determinadas pruebas periciales. Según Rafael Escobedo, su padre sí entendía de armas y poseía una colección estimable de ellas. Rafael Escobedo vivía en casa de sus padres, avenida del Generalísimo, número 77, 1.º izquierda desde que se separó de Mirian.

La familia no hace declaraciones

Anoche, dos redactores de EL PAIS se interesaron en esta vivienda por la detención de Rafael Escobedo. Dos jóvenes, hermanos de Rafael, manifestaron que su familia no haría ninguna declaración a ningún medio periodístico.

Rafael Escobedo asistió al entierro de sus suegros, en el cementerio madrileño de San Justo, al día siguiente de la muerte de éstos. Ayudó a su ex esposa a descender a la cripta funeraria, inmediatamente detrás de los ataúdes. Mirian había llamado a Rafael por teléfono el mismo día de la tragedia, para informar a su ex marido. Sus relaciones no eran tirantes, a pesar de la ruptura conyugal.

El asesinato de los quintos marqueses de Urquijo, Juan de la Sierra y Torres y María Lourdes de Urquijo y Morenés, se produjo el 1 de agosto pasado en su residencia del Camino Viejo de Húmera, número 27. El arma utilizada fue, al parecer, una pistola del calibre 22.

Juan de la Sierra y su esposa, María Lourdes Urquijo, fueron muertos en sus respectivos dormitorios. El marqués recibió un disparo en la cabeza mientras dormía. El asesino disparó dos veces sobre la marquesa. Entre una y otra muerte, al asesino se le disparó otro tiro, cuya bala se incrustó en el armario de la habitación del marqués. Este dato y el doble disparo sobre María Lourdes Urquijo, a fin de asegurar su objetivo el homicida, reafirmó otros indicios de la investigación para estimar la sospecha de que el autor del crimen era una sola persona.

La investigación de este asunto ocupó numerosos efectivos policiales y un interés especial en el Gobierno por su esclarecimiento. El volumen de gestiones realizadas y la complejidad que alcanzaron las mismas llevó al nombramiento de un juez instructor especial, que correspondió al magistrado Luis Serrano de Pablo, titular del juzgado número 16 de los de Madrid, a disposición de cuya autoridad será puesto el detenido, tras pasar por el juzgado de guardia, acción que se preveía para la noche de ayer o la mañana de hoy.

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