El documento de la Capitanía de Burgos fue falsificado

El documento atribuido a la Capitanía General de Burgos, según el cual se habrían cursado órdenes, con fecha 13 de febrero, para la detención de militantes de Herri Batasuna y Euskadiko Ezkerra, el pasado 23 de febrero, es falso y parece fruto de la intoxicación informativa que círculos vecinos a los golpistas comenzaron a producir a raíz del fracasado intento de golpe de Estado. Así se desprende de la investigación realizada por un redactor de EL PAIS días atrás y de la comprobación cuidadosa de algunos datos.El principal de ellos se refiere al hecho de que la firma exhibida en el documento, bajo el rótulo de «el capitán general», no coincide en absoluto con ninguna de las firmas, o rúbricas que el capitán general de Burgos, teniente general Luis Polanco, utiliza habitualmente y tiene reconocidas. En los registros de salida de Capitanía no figura el documento referido, ni tampoco éste fue recibido -ni consta en los diferentes registros de entrada- por el gobernador militar de ninguna de las provincias vascas.

Por último, se pone de relieve que las supuestas órdenes de detención no fueron de hecho cursadas en ningún momento durante los acontecimientos del 23 de febrero y que, precisamente, en la Capitanía General de Burgos no se observó ningún movimiento anormal de tropas durante el intento del golpe. Las fuentes informantes señalan la probabilidad de que el documento haya sido falsificado utilizando alguno de los oficios en blanco de la Capitanía General y filtrado a la Prensa después de la intentona fracasada, con el fin de contribuir a la intoxicación informativa de la opinión pública.

A este respecto, se recuerda que, en los días siguientes al golpe elementos afines a los sediciosos orquestaron una campaña de difamaciones y calumnias en las que quisieron involucrar tanto a los militares adictos a la Corona como a la Corona misma.