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Fórmula 1

El Gran Premio de Argentina, nueva pugna entre Jones y Reuteman

El domingo, en el circuito de Buenos Aires, en Argentina, se disputa la tercera carrera del Campeonato del Mundo de Fórmula 1 de esta temporada. A la prueba argentina llega el circo con una enorme igualdad entre los dos pilotos de Williams, Jones y Reutemann, involucrados, además, en un duro enfrentamiento entre ellos de imprevisible salida. Asimismo, la fórmula 1 se presenta en un momento de revolución, con irregularidades técnicas impropias de ciertos equipos y con un asalto a los lugares de cabeza por parte de pilotos que, hasta ahora, parecían marginados.La presencia en Argentina del argentino Carlos Reutemann, que llega a Buenos Aires como líder del mundial, empatado a puntos con su compañero de equipo, Alan Jones, le permitirá a Reutemann no ser sancionado por su indisciplina en Brasil. Reutemann incumplió lo especificado en su contrato con Williams, no obedeció las órdenes que el propio Frank Williams, propietario y director del equipo, le dio desde el box, y ganó la carrera por delante de su compañero, Alan Jones.

Sólo si Lole Reutemann consigue un buen resultado en Buenos Aires, acompañado, a ser posible, por un fracaso del actual campeón del mundo, el argentino podrá mantener su situación de privilegio actual. En caso contrario, es mas que probable que Willlams no le suministre el mismo material que le ha dado hasta ahora, equiparable al que tiene su jefe de fila. Y, sin ese material competitivo, el que Reutemann pueda mantenerse al frente del mundial es bastante improbable.

Al margen de este duelo, que no es más que otra evidencia de lo difíciles que son las relaciones entre los componentes del circo, aunque ellos traten de ocultarlo con abrazos y sonrisas, la presencia en los puestos de honor de ciertos pilotos que hasta hace muy poco estaban lejos de ellos es otra de las notas más destacadas. Eso brinda un aliciente suplementario al campeonato de este año. Un campeonato, por cierto, marcado también por las irregularidades. Algunas sofisticadas y de difícil matización, como es el caso del Lotus 88 de Colin Chapman, auténtico genio revolucionador de la fórmula 1. Otros, con sistemas muchísimo más burdos y casi impropios de equipos con sólido prestigio y que manejan presupuestos varias veces millonarios en dólares.

Ese es el caso del Brabham de Nelson Piquet. Con independencia de la categoría, fuera de toda duda, del joven brasileño, su coche actual utiliza un sistema auténticamente chapucero para beneficiarse de la técnica wing car y las faldillas aerodinámicas, actualmente fuera de la ley.

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