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Las 62 empresas del INI perdieron 57.000 millones en 1980

Las 62 empresas en las que tiene más de la mitad del capital el Instituto Nacional de Industria tuvieron el año pasado un balance negativo de 57.707 millones de pesetas -el doble del previsto- sobre los 44.067 millones del año 1979, compensando pérdidas y beneficios. Sin embargo, el cash flow (resultados más amortizaciones) se mantuvo en valores positivos, por encima de los 8.300 millones, según datos provisionales facilitados ayer a la Prensa. Los recursos propios de todas ellas suman 299.000 millones (el capital unos 140.000), generando una riqueza de una por cada diez pesetas procedentes del Estado.

En este, balance, consecuencia de mayores beneficios en las empresas rentables y mayores pérdidas en las de sectores en crisis, no se incluyen los datos de Hunosa, porque sus pérdidas están subvencionadas directamente por los Presupuestos del Estado, para compensar precios políticos. Tampoco se incluyen las subvenciones recibidas por Astilleros Españoles y Bazán. En total, esta pérdida se sitúa entre 25.000 y 27.000 millones de pesetas.Las pérdidas en 1980 de las empresas del INI duplican las inicialmente presupuestadas, y las amortizaciones se ajustan con algún exceso a las previsiones, aunque superan en casi 14.000 millones a las del año anterior. Las desviaciones en los resultados obedecen a fuertes aumentos de beneficios en las empresas del sector energético (11. 140 millones presupuestados y 18.822 realizados), así como a la duplicación de pérdidas en la media docena de empresas en crisis (32.659 millones presupuestados y 63.225 realizados), y a la triplicación de resultados positivos en el resto de las empresas (4.784 presupuestados y 13.304 realizados).

Los beneficios del sector energético se deben al aumento de precios, superior al previsto, y a fuertes crecimientos en la producción de las empresas eléctricas, provocados por la baja hidraulicidad del año, fundamentalmente. Las mayores pérdidas (62.500 millones sólo en seis empresas) han sido causadas, sobre todo, por la baja de la demanda y las demoras en la reestructuración siderúrgica y naval, así como por los problemas de la automoción (Seat perdió 20.600 millones de pesetas).

Según los principales responsables del INI, en el presente año las empresas del holding invertirán 250.000 millones de pesetas, frente a los 215.892 presupuestados para 1980, de los que luego se realizaron 185.552, el 14% menos.

Este incumplimiento fue explicado en los retrasos del programa nuclear (grupo segundo de Vandellós), en la lentitud de las reestructuraciones sectoriales y en la reducción de compras de aviones 727-200 y aerobús por parte de Iberia, motivada en el convencimiento de que la crisis afectará en los ochenta al sector aéreo.

Para hacer frente a las inversiones programadas, el INI proyecta aumentar la autofinanciación al 40%. Las transferencias de los Presupuestos del Estado serán 59.000 millones de pesetas, frente a los 40.000 de 1980, y los 9.000 de tres años antes. Igualmente se emitirán 35.000 millones de pesetas en obligaciones a doce años y 13% de interés.

De este modo se pretende contener los costes financieros, cuya media aumentó un punto sobre el año anterior, siendo el coste promedio todavía del 11,86%. En total, los gastos financieros ascendieron a 155.000 millones de pesetas, con aumento del 20% sobre 1979.

Al hablar ante la Prensa de los aspectos cualitativos del ejercicio 1980, el presidente del holding estatal, José Miguel de la Rica, destacó, en síntesis, las siguientes novedades:

No existe ya «seguro de vida» en el puesto de trabajo de empresas estatales. Aunque el objetivo es mantener o aumentar el empleo globalmente (las empresas INI ocupan a unos 250.000 trabajadores), las empresas deben ser competitivas y no tener agujeros. Se ha procedido a una paulatina y callada reducción de plantilla en diez empresas, mediante compensaciones económicas, jubilaciones anticipadas y otros mecanismos. Se ha iniciado una política de privatización de empresas en las que se considera no hay razón para la permanencia del INI, del que saldrán en los próximos meses al menos cuatro. En los próximos días se formalizará la salida de Manuel Alvarez e Hijos.

En el sector lácteo, el INI debe seguir de testigo y no está en disposición más que de ceder participaciones minoritarias.

Se ha dado prioridad a la energía. Ahí están la participación en los grupos nucleares de Trillo uno y dos, junto a Unión Eléctrica; los yacimientos de gas de Serrablo, la aparición de gas en Bermeo, etcétera.

Por último, se ha consolidado la política de integración en multinacionales para las empresas con economías de escala, como única salida posible (ENASA, en International Harvester; Megosa, en Daimler; SKF alcanzó una solución en enero pasado, y en Seat se produjo la huida de Fiat).

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