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Fraga, partidario de un Gobierno de coalición UCD-PSOE

El presidente de Alianza Popular (AP), Manuel Fraga, es partidario de formar un Gobierno de salvación pública, junto a Unión de Centro Democrático (UCD), el Partido Socialista Obrero Español (PSOE), y, en su caso, la Minoría Catalana. Esta seria -en opinión de Manuel Fraga-, la única salida viable para superar los graves momentos por los que atraviesa la democracia española, y una buena garantía para evitar una repetición del golpe militar en un futuro no muy lejano.«Y no se crean ustedes que un Gobierno así, fuerte y sin complejos, estaría mal visto por los militares. Gozaría de un plazo de tiempo suficiente para impedir nuevos intentos anticonstitucionales». Durante un almuerzo celebrado ayer en Madrid con los medios informativos, Manuel Fraga dio las suficientes pistas como para deducir que esa es la postura que sostiene su grupo en estos momentos: «Es evidente que UCD no puede seguir gobernando en solitario». «Nosotros consideraríamos muy seriamente la posibilidad de colaboración con un Gobierno UCD-PSOE, y no creo que los socialistas se opusieran a nuestra presencia» y «me parece poco fuerte en estos momentos tanto un Gobierno formado exclusivamente por UCD-PSOE, como otro integrado por nosotros y UCD», fueron algunas de sus apreciaciones.

De esta manera, según Manuel Fraga, se plasmaría practica la advertencia que les hiciera el Rey a los dirigentes políticos, en su reunión conjunta del pasado martes, en el sentido de que por encima de los intereses partidistas está la defensa de la democracia. « Lo que es inadmisible», dijo el líder aliancista, «es que ese llamamiento de colaboración lo haga UCD. Eso sólo lo puede hacer el Rey; si lo hace el Gobierno, será como lo que decía aquella monjita: "Ha dicho la madre superiora que bajemos todas y que trabajéis en la huerta", lo cual me parece impresentable».

Las críticas de Fraga a algunos sectores de U CD fueron constantes durante el almuerzo: «En estos momentos», dijo, «dan la sensación de tener mayor sentido de la responsabilidad otras fuerzas políticas que en el propio partido del Gobierno», si bien Manuel Fraga apeló al sentido común de Leopoldo Calvo Sotelo y, sobre todo, al sector crítico centrista, firme partidario de ese Gobierno.

Situación en el País Vasco

Manuel Fraga no descartó que, si las cosas siguen igual, se produzca una nueva intentona militar, «porque las causas que propiciaron el golpe siguen ahí: el terrorismo y la ausencia de un interlocutor válido entre la clase política y los militares, y entre éstos y el Rey». Repecto al primer punto, dijo que ahora más que nunca había llegado el momento de declarar el estado de excepción en el País Vasco, medida que su partido viene pidiendo desde hace tiempo: «Los militares no se van a poner nerviosos por ninguna ley social ni por problemas económicos. En esos temas ellos no se meten. Pero por lo que no pasan es por el terrorismo y el separatismo. Entonces, o se les da la oportunidad de defender a la patria ahí donde les duele, o caerán otra vez en la tentación de avasallar el Congreso de los Diputados. En el País Vasco hay una situación de guerra revolucionaria no declarada, y hay que contestar con la misma firmeza, si no, no habrá solución».En cuanto a la segunda cuestión, Fraga dijo que no habría problemas en encontrar ese interlocutor válido con el Ejército si se forma «un Gobierno amplio y fuerte, que demuestre con hechos que se ha terminado la falta de seriedad entre la clase política». «El Rey», añadió, «no puede estar ahí de bombero permanente; es la clase política quien debe afirmar la democracia».

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Las responsabilidades sobre el intento frustrado de golpe militar tienen que limitarse -en su opinión- a los que han actuado, «que han sido muy pocos, y sobre los que debe caer el peso de la ley, y dejar en paz a los demás», dijo. «Nada de purgas ni caza de brujas, y no admito otra cosa. Nunca pagaría ese precio ni por una cartera en el Gobierno ni por nada». Para Manuel Fraga ha habido dos hechos positivos tras la larga noche del pasado lunes: que todas las fuerzas políticas, «o al menos, casi todas», matizó, hayan tomado conciencia de la gravedad de la situación, y que «cientos de vascos salieron por pies en la noche de¡ lunes al martes, lo que quiere decir que tenían mala conciencia y ellos sabrán por qué».

Finalmente, Manuel Fraga dijo que su presencia en la manifestación del pasado viernes, del brazo de Marcelino Camacho, ha provocado que cuatro militantes se hayan dado de baja en AP y que otros le hayan escrito cartas, «que yo comprendo; porque supongo que a alguien con un familiar muerto en Paracuellos o algún empresario al que Comisiones Obreras le haya destrozado la empresa tuvo que herirle aquella imagen; pero es que está muy claro: en momentos tan delicados como éstos nuestro partido se la juega, aunque pierda votos».

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