Descubierta en Israel una red armada de fanáticos integristas musulmanes
Las detenciones de varias decenas de jóvenes árabes de los territorios ocupados, miembros de una red armada clandestina compuesta de fanáticos religiosos musulmanes -que según las autoridades musulmanas estarían en relación con Al Fatah, organización palestina, que dirige Yasir Arafat-, ha sumido en una profunda inquietud a la población árabe de Israel.
Es la primera vez en la historia de Israel que las fuerzas de seguridad descubren una red clandestina armada tan estructurada y con tantas ramificaciones y en la que esté implicado un número tan elevado de personas. Se afirma que al menos un centenar de árabes ha sido ya encarcelado, y se esperan nuevos arrestos.Los detenidos han sido acusados de «compló contra el Estado, pertenencia a una organización hostil», términos éstos que se aplican normalmente a la Organización para la Liberación de Palestina (OLP), «y tenencia ilícita de armas». .
Los jóvenes árabes detenidos, con edades comprendidas entre los dieciocho y los treinta años, pertenecen en su mayor parte a familias respetables y acomodadas. Redescubrieron la pureza del Islam tras el empuje jomeinista en Irán, se dejaron crecer la barba, se vistieron completamente de blanco y se lanzaron a predicar el retorno a un Islam integrista, en el que el respeto escrupuloso de las normas del Corán va íntimamente ligado a la fe en el nacionalismo panárabe y palestino.
La red cubría aparentemente cuatro ciudades árabes situadas a Id largo de la frontera anterior a 1967 entre Jordania e Israel, y sus dirigentes habrían entrado en contacto con Al Fatah para coordinar su acción contra Israel. Las armas habrían sido compradas en ambientes del hampa, tanto judía como árabe, de Jaffa, barrio popular de Tel Aviv. No obstante, la policía militar sospecha que una parte de las armas descubiertas, de procedencia israelí, fueron robadas por soldados y revendidas a la red árabe.
A pesar de los esfuerzos de las autoridades en mantener en secreto el asunto, haciendo comparecer a los acusados ante los tribunales militares, que se reúnen a puerta cerrada, en pequeños grupos, el tema fue descubierto por la Prensa y salió a la luz públicamente.
Un portavoz del Partido Comunista israelí ha protestado por estos juicios a puerta cerrada. Este partido ha sido blanco de los ataques de los integristas musulmanes: los comandos de fanáticos no sólo atacaron bares árabes en los que se vendían bebidas alcohólicas -prohibidas por el Corán-, sino también los locales comunistas, porque consideraban que el «marxismo sin Dios es una ofensa a Alá».
En el congreso comunista de Haifa, hace dos semanas, los oradores pusieron en guardia a la población contra «estos fanáticos que prestan un mal servicio a la causa palestina y quieren hacer retroceder mil años al mundo árabe».
El diputado árabe Walid Sadek ha calificado de «grave» la formación dé esta red integrista y que hay que buscar las causas de la «aberrante» conducta de los jóvenes fanáticos. «El fanatismo religioso y ultranacionalista, sea judío -Gush Emunim- o árabe -Hermanos Musulmanes-, es un grave peligro para los pueblos de Oriente Próximo», ha declarado el antiguo diputado árabe Uri Avnery, que es un ferviente partidario del diálogo palestino-israeli.
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