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El Madrid recupera la tranquilidad

Con un partido serio, con sacrificio en todas las zonas y con algo de suerte, el Madrid consiguió en Pamplona dos puntos. El retorno de uno de los puntas lesionados, Pineda, y la presencia en la media de García Hernández, en lugar de Del Bosque, le dieron al equipo un nuevo aire ofensivo, Osasuna sólo jugó bien contra el marcador, y careció de suerte para alcanzar el empate en sus embestidas finales.El Madrid salió en El Sadar con un aire mucho más ofensivo de lo que es habitual. Con la reaparición de Pineda, tuvo en él y en Santillana dos auténticas puntas, y Juanito podía permitirse, sin perjuicio para el equipo, el bajar frecuentemente a conectar con los de atrás. En la media, García Hernández le dio al equipo una marcha que Del Bosque no le puede dar, y Stielike y Angel aportaron la fuerza y el sacrificio de siempre. Además, Camacho volvió en esta ocasión a la banda izquierda, por la que sube más y mejor que por la derecha. La idea del Madrid, con esta salida ofensiva, era la de apagar al público y al Osasuna, y lo consiguió. El equipo navarro cuenta con la visión y el toque de Iriarte para armar su fútbol, con la velocidad de Martín, en el extremo izquierdo, y con el remate de Iriguíbel y Echeverría, pero al empujar todo el Madrid a Osasuna hacia atrás conseguía que sus hombres más ofensivos entraran poco en juego.

Con todo, Osasuna pudo adelantarse en el marcador, por su facilidad de remate, superior a la del Madrid esta temporada, en la que necesita jugar mucho para rematar un poco. Ya habla estrellado un cabezazo en el larguero Echevarría, a la salida de un córner cuando, a la media hora de juego, un pequeño desajuste en la defensa del Madrid ofreció un resquicio para que Martín e Iriguíbel interpretasen una jugada que se saben de memoria y lograsen mover el marcador. Hasta entonces, el buen juego del Madrid sólo había producido un buen cabezazo alto de García Hernández, un disparo pifiado por Santillana cuando estaba en buena posición y poco más. Pero desde ese momento el Madrid se hizo el dueño del campo, y sólo perdería ese dominio al final del partido. El equipo empezó a jugar muy bien, como casi nunca lo ha hecho esta temporada, y Osasuna desapareció. A pesar de todo, faltaba el remate, y Osasuna estuvo a punto de doblar su ventaja cuando, muy cerca del descanso, Serrano agarró el balón cerca de su defensa y metió un pase al claro. que era un cheque al portador. Martín siguió el pase con toda la ventaja de su parte, pero se arrugó ante la salida de García Remón, que tuvo que dejar su área para despejar el peligro con el pie. Inmediatamente después, Pineda cabeceaba a gol un córner lanzado por Juanito.

El segundo tiempo empezó con penalti indultado en el área de Osasuna y siguió con abrumadora superioridad del Madrid, que acabó por transformarse en un segundo gol, en centro de Juanito y, cabezazo de Garcia Hernández, con Marro despistado. A partir de entonces, el Madrid trató de recrearse demasiado en su juego, y Osasuna, espoleado por la necesidad, fue reviviendo poco a poco, hasta que llegó el momento en que el Madrid perdió el control del partido y terminó encerrado en su área, defendiéndose con faltas continuas al borde de la misma y acusando excesiva falta de confianza en sí mismo, lógica consecuencia de tantas derrotas. Osasuna reforzó su ataque con la entrada de Rández por el fatigado Iriarte, con retraso de Echeverría a la media, y después con la de Julio por Serrano. En el Madrid, Isidro sustituyó a García Hernández, que no tiene cualidades defensivas, y el recién llegado, capaz como pocos de cumplir en cualquier zona, salvó un gol sobre la raya, tras buena colada de Martín. El Madrid escuchó con alivio el pitido final, que le suponía la suma de dos puntos necesarios.

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