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Incertidumbe e incongruencias del mercado

La pasada semana, la Bolsa pudo resultar cualquier cosa menos aburrida. Numerosos acontecimientos vinieron a perturbar el plácido ambiente de mejoras en que se hallaba sumido el mercado desde que se iniciase el presente ejercicio. Hubo razones externas a la propia Bolsa, como fueron los sucesos del fin de semana, que concluyeron con la prisión preventiva de cinco miembros de las Brigadas de Información, presuntamente responsables de los malos tratos que ocasionaron la muerte del etarra Joseba Arregui, o todo el proceso parlamentario previo a la investidura como nuevo presidente del Gobierno de Leopoldo Calvo Sotelo.Y hubo razones propias de la actividad bursátil, como fueron las realizaciones de beneficios que se, esperaban desde varias jornadas atrás ante las importantes plusvalías que habían acumulado numerosos valores. Existió incluso otra circunstancia, como fue la masiva aparición de títulos eléctricos puestos a la venta, que contrastaban con la lógica reacción que las declaraciones de apoyo al plan energético y a la opción nuclear debería haber despertado entre los inversores. Unas ventas importantes realizadas por el Banco de España a algunos intermediarios financieros fueron la causa de esta masiva presencia de órdenes vendedoras en el parqué.

Estas circunstancias terminaron por definir un comportamiento errático de los mercados, que proporcionaron un surtido bastante completo de sobresaltos a los inversores y a los propios especialistas, quienes en repetidas ocasiones se manifestaron incapaces de adelantar una tendencia.

La semana se inició bajo el signo de las realizaciones de beneficios, que casi todo el mundo consideró lógicas por las circunstancias descritas.

El miércoles se produjo un auténtico colapso con una oferta desbocada de títulos bancarios, que superaba las 800.000 acciones para los siete grandes, y que llevaba a algunas de estas sociedades contra las cuerdas. Tanto es así que cuatro de ellos optaron por no marcar cambio ante la desproporción entre demanda y oferta.

El jueves, el número de títulos puestos a la venta disminuyó sensiblemente y se situó en torno a los 200.000. La determinación con la que se emplearon los respectivos mentores, junto con los comentarios favorables a la intervención parlamentaria del señor Calvo Sotelo, consiguieron que al cierre volviese a resurgir una demanda selectiva, que, a pesar de la cautela con que actuaba, dejó el mercado en disposición favorable para la sesión de cierre de la tanda.

Sin embargo, el viernes no respondió a las esperanzas de los especialistas y quedó convertida en una sesión de puro trámite, en la que las oscilaciones en los cambios y la negociación bajó drásticamente.

En el mercadillo de letras de cambio se mantuvo una floreciente negociación, se fijaron los tipos de descuento en torno al 13,25% para los efectos emitidos a un año, a la vez que se produjeron novedades.

Las innovaciones ya realizadas se concretaron en la publicación de ofertas vinculantes de compras. El jueves, el primer día que éstas se publicaron, aparecía una oferta para sesenta millones de pesetas a un tipo del 13,25%, en letras de 1.250.000 pesetas de nominal, y a un plazo superior a los quince días e inferior a un mes.

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