La CSCE, dividida en torno a la función de la Prensa
Terrorismo e información. Dos temas más que ayer se vinieron a sumar al de los derechos humanos en el eterno duelo entre el Este y el Oeste en la Conferencia sobre Seguridad y Cooperación en Europa (CSCE) que se celebra en Madrid. Las delegaciones de ambos bloques permanecieron en sus irreconciliables posiciones a lo largo de los debates.Al analizar la propuesta de Rumanía (H-19) sobre terrorismo, el representante de este país se refirió al atentado fascista de Bolonia (Italia), con la consiguiente réplica del delegado italiano, quien incidió en el terrorismo de extrema izquierda de carácter marxista-leninista, lo que, a su vez, provocó la airada intervención del representante soviético.
El tema informativo, centrado en el papel a desempeñar por los periodistas, tuvo como base una propuesta conjunta de la Unión Soviética y la República Democrática Alemana (RDA), con la que se pretendía responsabilizar a los Estados de lo que difundieran los medios de comunicación de sus respectivos países. Los socialistas entienden que es responsabilidad de los periodistas potenciar la paz y el desarme, no injerirse en los asuntos internos de los países del Este y no falsear la información.
Los países occidentales consideran que sus baremos difieren considerablemente de los de los países del Este a la hora de estimar si una información es falsa o no, tendenciosa o no, y coherente o no con la defensa de la paz.
Ante la solicitud elevada por la URSS y Checoslovaquia de que se cierren las emisoras Radio Europa Libre y Radio Libertad, que emiten desde la República Federal de Alemania (RFA) para los países del Este, el jefe de la delegación holandesa, Frans Van Dongen, estimó que los ciudadanos han de ser considerados «como adultos por sus Gobiernos», por lo que no «necesitan ser guiados o protegidos en su búsqueda del conocimiento y la información». En contrapartida, se pregunta el diplomático holandés. «¿Los países socialistas no deberían pedir silencio a Radio Moscú por no estar conformes con la interpretación que hace de los asuntos internacionales?».
También hubo enfrentamiento en la primera comisión, a raíz de la propuesta occidental, apoyada por diecisiete países, del reconocimiento legal en los países del Este de los grupos pro derechos humanos de Helsinki, propuesta rechazada de plano por la URSS y Polonia.
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