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El futuro del Getafe se decide hoy

El futuro del Getafe se decide esta tarde, en una reunión que mantendrán ex presidentes y ex directivos con una representación de jugadores, en la Federación Castellana de Fútbol. El club se encuentra al borde de la desaparición, sin presidente, sin directiva y sin nadie que quiera hacerse cargo del mismo. El déficit al final de temporada puede superar los 65 millones. Pablo Carrillo, el último presidente, asegura que entre él y algunos directivos tienen puestos veintisiete millones.Para muchos, la actual situación del Getafe es un caso más de la nefasta estructuración del fútbol español. El Getafe concretó al principio de temporada un presupuesto de cincuenta millones, cuando arrastraba ya un déficit cercano a los treinta. El presidente de la Federación Castellana, Adolfo Gil de la Serna, descarga toda responsabilidad federativa y de la anterior directiva, porque, asegura, «ese presupuesto lo aprobaron los compromisarios en la asamblea». Por su parte, Pablo Carrillo, ex presidente, se defiende de los ataques que se le hacen y afirma que «el presupuesto estaba bien hecho, a conciencia, y sólo con un déficit previsto de unas 700.000 pesetas en esta temporada».

Carrillo admite que ya se arrastraba una importante cantidad de dinero de temporadas anteriores «debido a que últimamente la gente no ha respondido, en muchos casos porque no podía. Unos 2.000 socios no han retirado sus abonos, y de las 700.000 pesetas de media de taquilla que se habían previsto por partido se hacen sólo 300.000. La baja en los ingresos es la única razón de la mala situación actual». Para Gil de la Serna, la razón esencial estriba en que «se paga mucho a los jugadores». Y los futbolistas, que atraviesan en algunos casos por graves problemas de subsistencia, argumentan con lógica que «a ningún directivo se le pone una pistola a la hora de hacer un contrato».

Pablo Carrillo se presentó a la reelección esta temporada, después de llevar ocho años al frente del club. Sin embargo, a los tres meses abandonó. «Es que el Getafe se ha mantenido gracias al dinero de los directivos. Entre avales y metálico tenemos puestos unos veintisiete millones de pesetas, y yo personalmente, ocho. Y si encima te ponen zancadillas a todos los niveles, te cansas de todo esto».

Desde hace algún tiempo, Carrillo ha tenido problemas con el Ayuntamiento getafense, que el año pasado le reclamó 140 millones por multas de sus empresas de construcción. Carrillo tiene puesta querella contra el alcalde y algunos medios informativos por esta causa. A su juicio, esto también ha influido en la situación del club, «que ya no arrienda la publicidad del campo, que reportaba unos dos millones, y tampoco los quioscos de bebidas, que sumaban más de medio millón».

Respecto al bingo, el presidente de la Castellana, Gil de la Serna, señaló a EL PAIS que «todo lo que se recaude este año está ya hipotecado», mientras Carrillo asegura que en el momento en que él se marchó -en noviembre- no existía esa hipoteca sobre las 700.000 pesetas que reporta. Carrillo niega asimismo los rumores que señalan que tenía participación -un 10%- en los beneficios del mismo. «Eso es otra mentira. No aparezco por allí desde hace un año. Y, por otra parte, quisiera saber qué pasó con el traspaso de Mata, que tenía apalabrado con el Castellón por diez millones dos días antes de irme y que luego no se consumó. Tengo entendido que, al parecer, Parejo, el directivo que permaneció cuando yo me marché, subió a veinte millones el precio».

En medio de todo el conflicto, los jugadores siguen manteniendo la supervivencia del club, aunque difícilmente sostienen la suya. El paro en Getafe -sólo de la empresa Kelvinator se dieron de baja unos mil socios al quedar en el paro- y las bajas taquillas no permiten ser optimistas. Hoy intentará formarse una junta gestora. Hasta el momento, nadie ha hecho nada concreto para que el club no desaparezca. Al final de temporada, en fichas se deberán a los futbolistas veinticuatro millones, y en sueldos, trece, cantidades que se incrementan con otros diez por diversos conceptos, así como los veintisiete que, según Carrillo, se les adeudan a los ex directivos y que, «por el momento, no pensamos cobrar».

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