Empresas y sectores públicos, en huelga contra la moderación salarial que persigue la Administración
La presión obrera -canalizada a través de las dos centrales hegemónicas, CC OO y UGT- contra la moderación salarial, que trata de imponer la Administración en el sector público, tiene en la actualidad un importante frente conflictivo en el sector transportes. Iberia, que tan sólo en la explotación de su red nacional perdió durante el pasado año más de 6.500 millones de pesetas, se encuentra afectada desde ayer por la huelga intermitente que mantiene su personal de tierra en apoyo de sus reivindicaciones económicas en el convenio colectivo.Esta protesta, que añadirá a las pérdidas de explotación un coste adicional de trescientos millones de pesetas por cada día que dure la situación conflictiva, se tradujo ayer en la anulación de 146 vuelos y retrasos en otros 68, además de las consiguientes molestias para el usuario que, en algunos casos, llegaron a crear cierta tensión entre los viajeros que se amontonaban en los mostradores de facturación.
Por lo que respecta a Renfe, cuyas pérdidas durante el pasado ejercicio representaron más de 60.000 millones de pesetas, su plantilla concluyó ayer las jornadas de paro intermitente y huelga de celo que ha mantenido colapsado el tráfico ferroviario durante las dos últimas semanas, y ya anuncia la posible repetición de estas acciones a partir del día 6.
Las razones para ambos conflictos estriban en las diferencias que separan las peticiones obreras -en ambos casos, un 15% de incremento salarial- y la oferta empresarial, que en el caso de Renfe se sitúan ya en un 10% de incremento, y en el de Iberia se ha llegado hasta el 11%. También en ambas empresas se ha aplicado el decreto de plantillas mínimas para garantizar el servicio público, lo que no es posible lograr por el recurso obrero a la huelga de celo, contra la que administrativamente no existe medida alguna.
Otro sector público, el de la siderurgia, fue también ayer a la huelga, ante la firmeza de la Administración en recortar los salarios, como primera medida para lograr su reconversión.
