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El Madrid se ha apuntado a perdedor

No va a ser posible normalizar las ligas. El Madrid se ha apuntado a perdedor en fútbol, baloncesto y voleibol. Una catástrofe. Con Bernabéu el Madrid era más campeón. Para Bernabéu sólo el Español merecía respeto, por llamarse así en Barcelona. Y fue precisamente el equipo de Sarriá el que le dio la puntilla al triste Boskov. Toda una falta de respeto. Y más triste todavía para el Madrid es el hecho de que el próximo sábado tendrá detrás la esperanza culé. Si le gana al Estudiantes, le entregará definitivamente el título de baloncesto al Barça. El Madrid ha quedado para convertir a Núñez en presidente triunfante.

Ahora es cuando hay que comenzar a preocuparse. Javier Pradera aún creía la pasada semana en que era posible la normalización de la Liga; es decir, el triunfo definitivo del Real Madrid. Pero ya no lo parece. Ya es más que un sueño. El Madrid está en la cuesta abajo más infamante. Pierde en fútbol, pierde en baloncesto y hasta pierde en voleibol. No da una. Le han perdido el respeto a la institución. El árbitro del domingo, que había creído que lo de la crisis política iba por algo, pitó un penalti a favor del Madrid. Pero ni por esas pudo resolver el encuentro. Rafael Marañón, al que echaron del club porque pensaba por libre, se vengó con un gol de libro: tiro raso, fuerte y junto al poste.

Algunos socios madridistas no saben cómo quitarse de encima a Boskov. A De Carlos no saben cómo insinuarle que no cuesta un duro poner otra vez en el banquillo a Luis Molowny. El Madrid siempre se resiste a cambiar de entrenador cuando vienen mal dadas. El argumento de ahora es que el equipo aún tiene salvación con la Copa de Europa y la de España. Quieren a alguien que les hable a los jugadores de que jugar al fútbol es otra cosa que bombear balones sobre la cabeza de Santillana. La experiencia balcánica ha sido nefasta para el Madrid. Con Miljanic y Boskov ha ganado títulos, pero el público se ha aburrido lo suyo viendo el constante bombeo sobre el marco contrario.

El domingo por la mañana, en Vallecas, en homenaje a Julián de Reoyo, se juntaron en un equipo Adelardo, Luis, Amancio, Ruiz, Rial y Gento. Gento, con sus años, es todavía capaz de jugar en diez minutos lo que no son capaces de hacer todos los extremos de Boskov puestos en fila. El mundo, decía un argentino, necesitará siempre democracia y extremo izquierda. Al Madrid lo que evidentemente le va mal es no tener un Gento. Pero en baloncesto, que no se trata de correr la banda, tampoco las mete. Y hasta en voleibol pierde. Ahora dicen que De Carlos quiere hacer equipo de balonmano; pero, a la vista de cómo van las cosas, más vale que se quede quieto hasta que escampe.

A falta de lluvias, sobre el cielo futbolístico de Madrid se han posado las tormentas. Para el Atlético, que era feliz líder, hubo el San Mamés correctivo. Y no supo encajar la derrota. Algunos jugadores sacaron el hacha de guerra. El mayor incidente, sin embargo, fue fortuito: dos jóvenes defensas, Urquiaga y Julio Alberto, chocaron, y el bilbaíno resultó gravemente lesionado. Julio Alberto se sintió tan apenado por el hecho que tuvo que ser consolado por jugadores adversarios. Fue quizá el único gesto bonito del partido. El Atlético de Madrid no tuvo buen perder. Y fue una lástima, porque la violencia no venía al caso. El Atlético, aunque amenazado por el Valencia y, más lejanamente, por el Barcelona, es todavía líder y dispone de buena ventaja para intentar mantenerse el primero.

Hemos entrado en la zona caliente de la Liga y el Madrid sólo es objetivo de primas de terceros. Ha quedado para servir intereses ajenos.

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