El uso de anabolizantes no esta regulado en el código de pruebas
Los anabolizantes en los caballos están prohibidos en la mayor parte de los países europeos y en Estados Unidos, una de las mayores potencias hípicas. En España, el vigente código de carreras no contempla ningún tipo de control en torno a los anabólicos, que son administrados por muchos preparadores del hipódromo sin la supervisión de las autoridades sanitarias.La polémica sobre los anabolizantes y su uso en los hipódromos se ha puesto de actualidad en las últimas semanas, cuando se ha sabido que en Francia el caballo Kerveros ha sido distanciado del Prix de la Commaderie, que se disputó en Fontainebleau, por haber dado positivo en los controles de doping que se le realizaron después de la prueba. Al parecer, el caballo preparado por Leopold Verroken había sido tratado con Nandrolodre, un derivado de la testosterona, uno de los más conocidos anabólicos. La actuación de los comisarios de carreras franceses en el caso Kerveros entra dentro de la política que éstos están siguiendo sobre la administración de anabolizantes y la repercusión que su uso tiene en el desarrollo de la cría. Kerveros fue distanciado de la prueba, y su preparador, fuertemente sancionado.
En los hipódromos españoles no hay control sobre los anabólicos, que son utilizados por muchos entrenadores sin control veterinario. Los anabolizantes en los caballos, como en los atletas, actúan activando la fase de desasimilación del metabolismo y aumentan el volumen muscular del animal, a la vez que mejoran su capacidad para el esfuerzo. En teoría, las hembras son las más beneficiadas por el uso de la testosterona, ya que gracias a ella superan más fácilmente el hándicap que supone el sexo.
Los anabolizantes, según los veterinarios hípicos, son beneficiosos cuando se utilizan como tratamiento con caballos que han sufrido alguna enfermedad y se encuentran débiles, pero siempre que se pongan con control sanitario y en tratamiento de tres meses. Si los anabolizantes se utilizan con cabaIlos que se encuentran todavía en fase de crecimiento, las consecuencias pueden ser fatales, ya que se corre el riesgo de que los animales sufran descalcificación, y así impedir su desarrollo normal.
Las yeguas, por lo general, resultan más perjudicadas por el uso de los anabólicos que los machos. En las hembras, los anabolizantes producen hipertrofia del clítoris y fibrosis en los ovarios, que pueden acarrear esterilidad, con graves consecuencias para la cría.
El Consejo Superior de Deportes, en sus laboratorios, va a analizar las muestras biológicas que se toman en el hipódromo de la Zarzuela, y muchos veterinarios son partidarios de que sea entonces cuando se estudie la posibilidad de detectar el uso de hormonas. Las técnicas para encontrar anabólicos son muy complejas.
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