_
_
_
_
"Mundialito"

El Argentina-Alemania respondió a lo esperado

La victoria de Argentina sobre Alemania (dos a uno, con goles de Hrubesch, Kaltz en propia meta y Ramón Díaz) ha dado lugar a diversos comentarios en el Mundialito. Mientras para algunos Alemania perdió por culpa de su excesiva cautela, para otros Argentina ganó por propios méritos, gracias a su capacidad de improvisación y a su genio para forzar el ritmo. Pero, por encima de todo, el partido fue un gran espectáculo que no decepcionó a nadie.Tres goles, dos tiros en los largueros y varias paradas sensacionales de Fillol, considerado hoy por hoy el mejor portero del mundo, avalan lo que de espectáculo tuvo este partido, que enfrentó a dos estilos de fútbol contrapuestos. A la frialdad alemana, únicamente rota por Hansi Müller jugador de corte suramericano hasta en lo temperamental), a la disciplina para llevar adelante un plan táctico cayendo por momentos en el automatismo, se opuso lo que alguien ha llamado la dinámica de lo impensado.

Ganó Argentina porque tuvo a Daniel Passarella, todo corazón, todo vergüenza deportiva. El capitán por derecho, porque nació para líder. Ganó Argentina porque tuvo un entrenador que acertó una vez más en los cambios, haciendo saltar al terreno a Daniel Valencia por Kempes, que está notoriamente fuera de ritmo para un torneo de este tipo, en el que cada partido es una final. De los repatriados por Menotti, el único que salvó el examen fue Ardiles, por su juego en el segundo tiempo. Ganó Argentina, pero, fundamentalmente, perdió Alemania porque se conformó con la mínima diferencia. La RFA retrasó todas sus líneas y se dedicó a contragolpear cuando las circunstancias lo permitían y lo aconsejaban. Hasta el gigante Hrubesch apareció despejando balones dentro del área alemana.

Para el final de este análisis es necesario hablar de Maradona y de Rummenigge, los dos mejores jugadores del mundo, en opinión casi unánime. Del genio argentino esta vez se podría decir que «no jugó». Sin embargo, esto no es plenamente cierto, porque obligó a una atención permanente, y de haber estado bien Kempes todo pudo haber terminado en catástrofe para Alemania. Rummenigge fue una de las grandes figuras del partido. Cuando descubrió que Olguín no podía contenerlo se dedicó a desbordar una y otra vez. Pudo haber sido la tarde de Rummenigge, pero Fillol no quiso. Sus paradas quedaron grabadas en la mejor historia del Mundialito.

Hoy vuelven a jugar los dueños de casa ante Italia, que de esta forma debuta en el torneo. Muchos rostros nuevos entre los azzurri denuncian la intención de Bearzot de renovar la plantilla. Italia presentará ante Uruguay a Bordon, Gentile, Oriali, Scirea, Cabrini, Marini, Tardelli, Antognoni, Conti, Graziani y Altobelli.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_