_
_
_
_

El Atlélico hizo una nueva exhibicion de seguridad defensiva

El presidente del Atlético de Madrid no tuvo más remedio que ruborizarse cuando al salir al palco presidencial escuchó cómo una gran parte del público le cantaba aquello de «¡Qué guapo está Cabeza, Cabeza, Cabeza, qué guapo está Cabeza, Cabeza, que guapo está! ». El doctor Cabeza comprobó que ante un público que le recibía de esa guisa cabían pocas reacciones, y así se limitó a aguantar los noventa minutos sin moverse, esperando a que de una vez acabara el encuentro con el empate. Porque, como reconoció al fial del partido, «Osasuna embotelló al Atlético de Madrid».Con una temperatura gélida, el Atlético y el Osasuna se emplearon a fondo durante los noventa minutos. El líder, para aguantar los continuos vendavales de los puntas rojillos; el Osasuna, intentando meter un gol para sentenciar el encuentro. Porque el Atlético de Madrid consiguió un punto a base de jugar en su área y presentar una defensa amurallada que dio pocas oportunidades a Iriguíbel y Martín. Arteche no paró de sacar balones, que en su mayoría fueron a parar a las gradas de El Sadar, y en general la defensa atlética se mostró como un bloque difícil de perforar.

El Osasuna atacó de principio a fin. Martín volvió loco a Sierra, quien no pudo sujetarlo en ningún momento, pero no pudo materializar ninguno de sus peligrosos ataques. Balbino se pegó a Iriguíbel de tal forma que parecían el mismo jugador con diferente camiseta, y Julio Alberto controló al capitán

Echeverría, que continúa atravesando un bache de juego. La primera mitad, el Osasuna apenas si salió del área atlética y a punto es tuvo de conseguir el primer gol cuando Bayona disparó al poste derecho de la portería de Aguinaga sin que éste se enterase.

El centro del campo fue osasunista en la primera parte, pero el equipo local acusó el cansancio en la segunda, -a la vez que Serrano perdía velocidad y precisión en el pase. Quique estuvo anulado por Bayona y los puntas atléticos apenas si pasaron del centro del campo. En la segunda mitad, el Atlético de Madrid tuvo rachas de control del centro del campo, pero ni Rubio ni Rubén Cano (con quien el Público se metió en ocasiones injustamente) crearon peligro. Basauri tuvo que emplearse en la primera mitad una vez y dos en la se gunda.

Sin embargo, el Osasuna consiguió, un gol en el minuto trece de la segunda parte (cabezazo de Martín a pase de Lumbreras) que fue anulado por el árbitro después de que un juez de línea levantara el banderín, señalando fuera de juego. Después de esta jugada, el Osasuna intensificó sus ataques, empeñándose en bombear balones ante una defensa que parecía formada -por su altura- por jugadores de baloncesto. El líder se preocupó exclusivamente de no encajar un solo gol y sus escasos ataques no tuvieron apenas profundidad, por lo que el partido tuvo más emoción que juego. El Osasuna mereció ganar incluso a pesar de la cerrada defensa atlética, que no paró de trabajan en los noventa minutos.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_