El nuevo consejero de Medio Ambiente de Andalucia pide medidas contra los críticos
«A pesar de que Rojas Marcos ha tratado de no echar leña al fuego y de evitar el enfrentamiento, yo considero que hay que adoptar medidas disciplinarias contra el grupo insurreccional que ha insultado gravemente al partido, ha desprestigiado a sus órganos de gobierno y ha hecho el juego a la operación desestabilizadora auspiciada por el PSOE contra nuestro partido» ha declarado en Granada el nuevo viceconsejero de Medio Ambiente de la Junta de Andalucía y secretario nacional de política autonómica del nuevo Comité Ejecutivo del PSA, Salvador Pérez Bueno.«Se trata de un grupo que tiene un modelo distinto de partido, que ha reducido el esquema ideológico a la pugna izquierda-derecha, y que no se da cuenta de que en Andalucía el eje de la lucha está en la dicotomía centralismo-autonomía», añadió Pérez Bueno durante la presentación a la Prensa del nuevo equipo dirigente del único departamento que los andalucistas regentan en la Junta preautonómica.
Preguntado si la resolución de la actual crisis del PSA pasa por la purga de los miembros del sector crítico, el viceconsejero dijo que «ya no es posible soldar lo insoldable. Ellos se alinean con la izquierda cuando nosotros estamos por la no alineación con ninguna fuerza centralista, a partir de cuyos planteamientos resulta imposible recomponer la unidad. Parece como si quisieran convertir al PSA en un partido puramente testimonial, inoperante, sectario y verbalista, cayendo en el infantilismo izquierdista de estar pasando ahora el sarampión marxista, como dice nuestro teórico José Aumente».
En relación con los directores generales y otros altos cargos del departamento que presentaron su dimisión en solidaridad con el anterior viceconsejero y líder del sector crítico del PSA, Ladislao Lara, su sustituto criticó el hecho de que «algunos miembros de la consejería hubieran trasladado los problemas internos del partido al departamento de Medio Ambiente, y, desde luego, habrían sido destituidos de sus cargos de no haber dimitido ellos voluntariamente».
También criticó Salvador Pérez la desaparición del Grupo Andalucista en el Parlamento de Cataluña, y dijo que «el escaño de José Acosta es del partido y debería devolverlo. Suya es la responsabilidad de disolver un grupo parlamentario que servía los intereses de los emigrantes andaluces, que ahora se han quedado sin voz propia en aquella nacionalidad».
«Con nuestra expulsión, la comisión permanente del congreso ha consagrado la dictadura personal de Alejandro Rojas Marcos en el PSA», declaró en Granada Pedro Ruiz Morcillo, ex secretario de acción política del comité ejecutivo y uno de los nueve antiguos dirigentes expulsados del partido de los nacionalistas andaluces.
«Con esta resolución se ha iniciado una revisión ideológica dentro del partido, que tiende ahoraa constituirse en soporte fundamental para los intereses de la derecha y del capital en Andalucía y que, lamentablemente, ha cortado de manera definitiva la esperanza de liberación del pueblo andaluz», apuntó Ruiz Morcillo. «El PSA ya no existe como tal, sino que se ha convertido en otro partido», añadió.
Otro de los disidentes andalucistas depurados, Arturo González Arcas, primer teniente de alcalde del Ayuntamiento granadino, dijo ayer a EL PAIS que no acierta a explicarse su separación definitiva del partido, realizada bajo la acusación de incumplimiento riguroso de los estatutos del segundo congreso, ya que ésta se ha producido sinque llegara precisamente a cumplirse el preceptivo trámite de urgencia previo, según consta en los estatutos del PSA.
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