Problemas en el "Mundialito" por televisión
La retransmisión por televisión de la Copa de Oro, que comenzará a disputarse el próximo día 30, en Montevideo, con la participación de las selecciones de Uruguay, Argentina, Brasil, Italia, Holanda y Alemania, plantea los problemas más serios en vísperas de la competición. Un particular compró los derechos de televisión al exterior, cuando Eurovisión y OTI no concedían importancia al Mundialito, y ahora estos dos organismos pugnan por conseguir parte del pastel.
En la visita que giró el presidente de la federación alemana, Neuberger -al que hábilmente los uruguayos confiaron la supervisión de la organización para ganarse su apoyo-, éste pudo comprobar que los trabajos de remodelación del estadio Centenario marchaban bien. Pero otro tema más preocupante latía en el fondo de la visita: el de los derechos para televisar los partidos de la Copa de Oro al extranjero. Y ese fue también el motivo de la imprevista presencia, en Montevideo, de los titulares de las federaciones de Argentina, Brasil e Italia, así como la de un muy alto directivo de Holánda. Aunque resulte difícil de entender, dado que se trata de un problema netamente comercial entre empresas privadas y aparentemente sin vinculación con las federaciones de cada país, lo cierto es que los hombres del fútbol vinieron a protestar por los altos costes marcados por quien adquirió -para revender- los derechos de televisión del Mundialito.Los hechos se precipitaron cuando la empresa Strasad, propiedad del griego (radicado en el Uruguay desde hace muchos años) Angelo Vulgaris, compró, a falta de mejores ofertas, los citados derechos. Un negocio relativamente nuevo en las competiciones deportivas y que pronto se convirtió en el más brillante de todos cuantos se han inventado. Es bueno historiar brevemente por qué se rompió esta vez el monopolio que sobre la transmisión televisiva de torneos importantes de cualquier deporte ejercen desde hace tiempo Eurovisión y OTI (Organización de la Televisión Iberoamericana), cada una en su zona de influencia. Los organizadores de la Copa de Oro o Mundialito fueron acusados de no haber convocado a licitación internacional para vender los derechos de televisión, pero según pudo saberse, en ningún mundial o cosa parecida anterior se adoptó ese criterio. Aunque resulte increíble y hasta sospechoso ,si se quiere, es verdad. Tan sospechoso como que el mandamás de la OTI es uno de los vicepresidentes de la FIFA, el mexicano Cañedo. ¿Cómo se le escapó de las manosa Eurovisión y a la OTI el negocio del Mundialito? Sencillamente porque cometieron el error de suponer que el torneo, finalmente, no se disputaría y, cuando la FIFA decidió auspiciarlo, salieron con una oferta casi ridícula, especulando con que no tendrían competencia. O los asesoraron mal sus representantes en Uruguay o pecaron de soberbios, pero lo cierto es que apareció la oferta de Strasad. El griego Vulgaris, que ya había comprado en enero de 1979 los derechos para televisar el suramericano juvenil de Montevideo, ofreció el doble que Eurovisión y OTI juntas y se llevó todo.
La Asociación Uruguaya de Fútbol no lo tuvo que pensar demasiado. Con los 3.250.000 dólares -unos 227.500.000 pesetas- que recibirían de Vulgaris podrían abatir los costes totales del campeonato, y el resto sería ganancia a repartir entre los empobrecidos clubes locales.
Lo cierto es que la federación uruguaya firmó el contrato con Strasad y empezó la guerra, porque Eurovisión y OTI no están dispuestas a aceptar una derrota
Por lo pronto, ya Inglaterra, Francia, Bélgica, España y el canal cinco de Milán han roto su pacto con Eurovisión,
Todavía no está dicha la última palabra y se espera un arreglo.
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