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Descubierto un alijo de heroína por valor de 160 millones de pesetas en el mercado negro

Un depósito de drogas duras, por un valor de cuarenta millones de pesetas al costo y de 160 millones en el mercado negro, ha sido confiscado por la policía a una banda de traficantes en la que están implicadas, de un modo o de otro, nueve personas. Las claves del tráfico eran utilizar dinero previamente robado para comprar heroína en Amsterdam y luego traerla a España para su venta. Quince cuadros de alto valor artístico y otros efectos valiosos encontrados en poder de los detenidos, al margen de la heroína y el dinero efectivo, procedían de robos perpetrados también en España.

La identificación de los miembros de la banda y su posterior arresto han sido posibles gracias a una acción combinada de los inspectores del Grupo I de la Brigada Central de estupefacientes y un equipo de agentes de la Policía Judicial de Santander. El cabecilla de la organización es Fernando Díaz, de treinta años. También han sido detenidos su madre, María del Carmen Cagigal, su padre, Fernando Díaz, y las siguientes personas: José Torres, de 36 años; José Antonio López, de treinta años, domiciliado en Córdoba; Ramón Motos, y otras dos más, cuyos nombres no han sido facilitados. Alejandro Díaz, que cumple prisión en Santander, estaba, según la policía, en connivencia con el grupo.El dinero empleado en las transacciones era conseguido en robos u otros delitos. Luego, algún delegado del grupo se trasladaba a Holanda, donde compraba la heroína a camellos de nacionalidad turca o portuguesa. Para importar la droga a España, el grupo utilizaba como correo a la madre del cabecilla, que por su edad y aspecto difícilmente podía ser relacionada con su misión. Carmen Cagigal se trasladaba a España en tren, con las bolsas de heroína adheridas al cuerpo.

El alijo era transportado a un piso madrileño, donde lo custodiaba Fernando Díaz Iglesias, padre del jefe de la banda.

Posteriormente, la heroína era mezclada con productos neutros a fin de ser puesta en condiciones de venta en el mercado negro, y el producto final era dividido en porciones de veinticinco, diez y cinco gramos, y encomendado a fraficantes menores. El precio de venta a los consumidores se aproximaría a las 20.000 pesetas el gramo.

La detención del correo y de los otros miembros de la organización fue practicada precisamente al término de uno de los viajes desde Amsterdam. En esa ocasión fueron intervenidos 350 gramos de heroína de gran pureza. Se cree que el grupo ha logrado traer alijos de droga de peso aproximado a los cuatrocientos gramos en otras dos o tres ocasiones.

El dinero, producto de las ventas a los camellos menores, era destinado, en alguna proporción, a la compra-venta de obras de arte, joyas, oro y otros efectos valiosos de procedencia ilegal.

Cuatro locales distintos

En el piso-depósito de Madrid, en la calle del Corazón de María, 19, la policía encontró cien gramos de heroína, ya tratada y dividida en porciones, 465 gramos de hachís, básculas de precisión, pasaportes y otros documentos y objetos relativos al tráfico de drogas. En un piso de la calle de Virgen del Val, 21, residencia de Fernando Díaz Cagigal, fueron intervenidas 12,5 gramos de droga en papelinas, otra báscula de precisión y nuevos documentos. En la calle de José del Hierro, 62, vivienda de José Torres, los policías incautaron dos pistolas, una de fuego y otra de aite comprimido, y cinco cuadros firmados por pintores de gran renombre, que habían sido robados. En un almacén de Algete fueron recuperados diez cuadros más, esta vez procedentes de un robo en Santander.Por su relación con el grupo y con la compraventa de oro y objetos de procedencia ilegal, los policías arrestaron a José Antonio López, domiciliado en Córdoba. Le fueron incautados dos revólveres y dos pistolas, una de ellas con dispositivo ametrallador y culatín para tiro de precisión. A Ramón Motos le fue confiscado más de un kilo de oro que iba a vender al anterior.

El valor neto de los alijos de droga ocupados por la policía se ha calculado en unos cuarenta millones de pesetas, pero dada la multiplicación del precio una vez tratada, puede formularse un segundo cálculo, en el cual se triplicaría o cuadruplicaría la cantidad de dinero inicial. Es decir, que podría llegar a ser vendida por unos 160 millones de pesetas. En este cálculo no se incluye el valor de los cuadros, tres de ellos al menos firmados por Ribera, y cuyo precio sería también de varias decenas de millones.

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